Es vascohablante,
pero no sólo
vascohablante. Es varón. Y soltero sin
intención de casarse. Alto, chato. Es heterosexual, y no lo avergüenza
reconocer que en sus tiempos de estudiante mantuvo relaciones homosexuales con un amigo íntimo. Dice que le gustan las chicas normales, pero despliega una especial
habilidad para ligar con las más sofisticadas. No concede gran
importancia al hecho de comer, no es uno de esos refinados gastrónomos.
Prefiere la cerveza al vino. Domina tres
idiomas, y es capaz de defenderse en otros
dos. Su grupo sanguíneo figura en su carné de identidad, pero no
recuerda cuál es. Realizó sus primeros estudios en un colegio religioso y en
castellano. Es agnóstico. Apenas se relaciona con sus padres: cumple con ellos
en las festividades señaladas. Cursó la carrera de psicología, pero trabaja en
una empresa de importación. Es un
analfabeto absoluto en cuestiones científicas y técnicas. Durante un par
de años jugó sumas considerables en la bolsa, y con los beneficios se compró
una furgoneta, para practicar el surf en
verano y el esquí en invierno. La crisis lo ha disuadido de jugar en la bolsa,
y no conserva más que unas cuantas acciones y ciertos seguros. Ideológicamente, es de izquierda
moderada, pero su vida cotidiana es idéntica a la de un burgués de derechas. Está
pagando una hipoteca. La empresa lo envía a menudo al
extranjero, y los aeropuertos le resultan muy familiares. No le gusta la
televisión, pasa sus horas libres solitarias en Internet y oyendo música. Su
amigo más estable es el ordenador portátil. Es muy aficionado al flamenco y
adora a Mayte Martín. El cine de hoy no lo atrae demasiado, pero sí el clásico. Su voto no es fijo, sino cambiante según la situación. Sabe que la política es necesaria,
pero no la sigue, no le gusta. Vive
los problemas del País Vasco a veces como un buen ciudadano, a veces con incomodidad, a veces con
gran enojo; vive la relación con España a veces como un buen ciudadano,
a veces con incomodidad, a veces con gran enojo. Odia la violencia, pero no tanto como para manifestarse en público contra
ella. Preocupado por la vertiginosa
autodestrucción del mundo, paga la cuota de una organización ecologista,
pero no participa en las actividades que ésta
organiza. Lee Marca, es hincha del Athletic de Bilbao, se alegra con los triunfos de la selección española. No le
gusta el versolarismo, apenas sabe jugar al mus. De niño quisieron que
aprendiera a tocar el chistu, y desde
entonces odia tanto el instrumento como su penetrante sonido...
Etcétera.
Es
vascohablante. Además de vascohablante, es muchas otras
cosas más.
Cabe formular lo mismo de otra manera: es
vascohablante, pero lo
que lo hace único, individuo, es todo lo demás que es además
de vascohablante.
Anjel Lertxundi. Vida y otras dudas. Alberdania, Irún 2010, pp. 237-238
1 comentario:
Cierto, pero incluso aunque fuese principalmente una de esas cosas, por ejemplo "bebedor de cerveza", no por ello creo que quisiese crear un Estado de cerveceros. Y si lo quiere, creo que resulta una forma bastante pobre de legitimarlo
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