Hoy, a media mañana, a 2.025 metros de altitud.
A mi espalda, hacia el norte y casi hasta tocar el mar, cumbres aún más elevadas.
Ante mí, hacia el sur, apenas a hora y media de camino en fuerte descenso, las vastas extensiones de Tierra de Campos:
Paisaje abierto y luminoso, pero también seco y despoblado de árboles, que ha producido en el viajero, en el del siglo XII en plena Edad Media, como a comienzos del XVIII a fines del antiguo régimen, una sensación de desolación, "pena de ver tan rasas aquellas dilatadas llanuras".
[Víctor Pérez Díaz, Emigración y cambio social, Ariel, 1971, p. 47].
Fascinante contraste.
3 comentarios:
Si vienes a Medina de Rioseco, avísame.
Saludos,
Diego
Gracias Diego, lo haré.
¿Tienes relación con Tierra de Campos? Yo soy de Sahagún...
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