martes, 6 de abril de 2010

La muerte como espectáculo

(1) Uno de los libros leídos estos días es La muerte como espectáculo, de la filósofa italiana Michela Marzano.
[Ahora que lo pienso, mis lecturas no han sido demasiado festivas ni vacacionales que digamos: La prosperidad del mal, de Daniel Cohen; Genealogía de los bárbaros, subtitulado "Historia de la inhumanidad", de Roger-Pol Droit; y como lectura ligera, la policíaca El señor del carnaval, de Craig Russell].
Un extracto del libro de Marzano:

"El que está tumbado en el suelo, con los ojos vendados, esperando a ser degollado, ¿es un hombre? Sus verdugos, ¿son hombres? Y los que mirán estos videos con indiferencia o con placer, ¿son hombres?
En el fondo, estas imágenes deleitan a una sociedad en la que se está a favor de los reality-shows y de la revolución digital y ya no se vive más que en el reflejo que se da de uno mismo. Todo puede realizarse, todo puede verse. Las fronteras entre ficción y realidad son cada vez más borrosas; hasta el punto de que el espectador pierde la conciencia de lo real, se acostumbra a todo, tanto a la muerte convertida en espectáculo como a la indiferencia que le sirve de cortejo".

(2) Leo hoy en EL PAÍS la noticia sobre el vídeo de WIKILEAKS en el que se muestra cómo militares estadounidenses matan en Bagdad a un fotógrafo de Reuters en 2007:

Un vídeo publicado por la organización Wikileaks cuestiona la versión oficial ofrecida por el Ejército de EE UU para explicar la muerte de 11 iraquíes en réplica a un supuesto ataque terrorista producido el 12 de julio de 2007 en Bagdad. Entre las víctimas figuran un fotógrafo de la agencia Reuters, Namir Noor-Eldeen, de 22 años, y su conductor, Saeed Chmagh, de 40.
En las imágenes difundidas por el sitio web, que publica informes clasificados y documentos filtrados preservando el anonimato de sus fuentes, se observan disparos contra un grupo de hombres desde la visión de un piloto de un helicóptero Apache.
El vídeo recoge las grabaciones del propio helicóptero, desde el que se aprecia a un grupo de personas desplazándose a pie. El militar alega en el documento que varias personas de este grupo, entre las que figuraban Noor-Eldeen y Chmagh, portan armas y pide permiso para disparar.
En cuanto el objetivo se encuentra a tiro, y pese a que no se aprecia ninguna amenaza y las personas a pie parecen no percatarse de la presencia de las fuerzas norteamericanas, las aeronaves inician una ronda de disparos indiscriminada. Tras ellos, los militares celebran las muertes al grito de "mira esos bastardos muertos" y felicitan por su buena puntería a su compañero.


(3) Lo cierto es que las imágenes son tremendas: el helicóptero filmando desde el aire la calleja de Bagdad; el punto de mira de sus armas fijo sobre el grupo de personas reunidas en una esquina; las balas levantado una enorme polvareda mientras las víctimas son derribadas de un manotazo; Namir corriendo desesperadamente bajo el fuego hasta que es alcanzado; la furgoneta que intenta rescatar a Saaed, herido, también acribillada desde el aire... Y el alborozo de los soldados
Pero, al mismo tiempo, son imágenes tan cinematográficas -o tan videojueguicas- que parecen de ficción.

(4) "Debemos repensar y reconstruir el dique que ayuda a contrarrestar la crueldad bárbara e impedir que la 'realidad-horror' termine un día por compararse con el 'derecho a saber'", concluye Marzano.
Sin duda es lo que pretende la organización Wikileaks. Por eso recomiendo ver las imagenes del video. Recordando que no es un videojuego. En el mismo Namir y Saeed, y otros seres humanos cuyos nombres desconocemos, mueren en directo. Daños colaterales, los llamaron.

2 comentarios:

mashirovka dijo...

No definiria los textos de la polla records como filosofia pero el año 93 ya clavaban el mensaje:

Johnny coge el bombardero y lo eleva por el cielo.
No hay cañón que alcance a Johnny ni rival que lo derribe.
Johnny está en un videojuego, controlando la pantalla.

Johnny nunca ve la muerte.
Johnny tira los pepinos oyendo jevimétal.
¡Es nuestro campeón!
¡Es nuestro campeón!
¡Es nuestro campeón!

Johnny no mata a la gente: elimina el objetivo.
Johnny no es un asesino, Johnny tiene un buen oficio.
Johnny es frío y profesional.

Johnny escribe en una bomba: "El petróleo, para mí."
Y la gente quiere a Johnny, que defiende a su país.

Se acabó la gasolina.
Y aunque Johnny vuelve a casa convencido de su hazaña,
Johnny sólo es un cretino que maneja un bombardero.

Johnny es un bastardo.

Imanol dijo...

No será filosofía "académica", pero es buena filosofía. Y en este caso, clavan el mensaje.