viernes, 19 de abril de 2024

Crisis animal

Alice Crary y Lori Gruen
Crisis animal: Una nueva teoría crítica
Traducción de Ana Bustelo
Cátedra, 2023

"La relación entre el hombre y los animales se encuentra en una crisis de proporciones catastróficas. Hoy en día es innegable que la utilización y la destrucción de los animales y sus hábitats por parte del ser humano, incluyendo las prácticas que provocan muertes masivas de animales, tienen implicaciones existenciales no solo para los animales no humanos, sino también para los seres humanos y el planeta. Este libro está dirigido a quienes se comprometen con hacer visible dicha crisis, con la mirada puesta en nuevos modelos de vida que nos permitan construir relaciones mejores y más sostenibles y actuar para crear un futuro menos violento y más solidario".


Alice Crary y Lori Gruen son dos filósofas estadounidenses que trabajan desde el encuentro entre la ética y la política y se han especializado en algunas de las temáticas más disputadas en el campo del ecofeminismo, como el estatuto moral de los animales no-humanos y la crítica del especismo o la intersección entre las violencias sufridas por estos y la opresión de las mujeres, las personas racializadas o las personas empobrecidas.

El resultado es un libro breve (apenas 140 páginas de texto) pero denso en el que a lo largo de siete capítulos analizan críticamente las estructuras que destruyen el planeta, los animales y los seres humanos marginados. Que son las mismas. Su punto de partida es la ética animal (en abierta confrontación con la perspectiva utilitarista de Peter Singer) vinculada a las tradiciones del pensamiento social crítico, de las que en su opinión ha estado alejada:

"Si queremos abordar cuestiones éticas cruciales con respecto a la mejora de nuestra relación con los animales y de la existencia de todos los que viven precariamente en el capitalismo tardío, tenemos que repensar los supuestos básicos de la ética animal tal y como se entienden actualmente. Hay muchos métodos violentos que están integrados en instituciones más amplias que no solo dañan a los animales, sino que sirven para presionar excesivamente y a menudo subyugar a grupos de seres humanos socialmente vulnerables. Sin embargo, la disciplina de la ética animal se ha desarrollado, en gran medida, aislada de las tradiciones del pensamiento social crítico que se dedican a descubrir las estructuras opresivas que afectan a los humanos y al mundo no humano. Las tendencias dominantes en la ética animal hacen hincapié en la acción individual y pasan por alto las estructuras sociales perjudiciales y los mecanismos de poder del Estado, lo que da lugar a prescripciones que pueden servir para mantener estas estructuras e instituciones, reproduciendo los mismos males que pretenden atajar".

De este modo el libro nos confronta con la destrucción del hábitat y las vidas de los orangutanes de Sumatra y Borneo al deforestar los bosques para sustituirlos por plantaciones de aceite de palma, con los horrores de la producción masiva de carne de cerdo, con el sufrimiento emocional de las vacas a las que se priva de sus crías para que produzcan leche, con la prodigiosa mente de lo pulpos, con la desasosegante mentalidad que subyace al combate de las que denominamos "plagas", con la manera en que exponemos y visibilizamos a los animales en los zoos...  Y nos reta a pensar, nombrar y practicar nuevas formas de relación con los animales no-humanos, superando perversas jerarquizaciones morales. Las autoras proponen el ecofeminismo como el marco teórico y analítico a partir del cual realizar esta tarea:

"El ecofeminismo es un movimiento político e intelectual basado en la creencia de que existen vínculos conceptuales y estructurales entre la actual destrucción de la naturaleza y la subyugación persistente de las mujeres, los pobres, los colonizados, los racializados y otras personas marginadas. Su núcleo es la convicción de que, para corregir estos males de manera efectiva, debemos impugnarlos juntos".

Un libro que tiene muchas coincidencias con Capitalismo caníbal de Nancy Fraser, pues, como escriben Crary y Gruen, "las prácticas que destruyen la naturaleza, los animales y los grupos humanos marginados están estructuralmente interrelacionadas, y nos invita a reconocer que, además de estar unidas, las oposiciones jerárquicas entre humanos y animales, blancos y no blancos, hombres y mujeres, primitivos y civilizados, están incorporadas en el tejido de los modos capitalistas de organización social". 

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