La mujer invisible
Traducción de Aurora Echevarría
Seix Barral, 2022 (5ª reimpresión)
"La mayor parte de la historia humana documentada adolece de un gran vacío de datos. Desde la teoría del «hombre cazador», los cronistas del pasado han profundizado poco en el papel que han tenido las mujeres en la evolución de la humanidad, ya sea ésta cultural o biológica. Sin embargo, la vida de los hombres ha llegado a representar la de los seres humanos en general. Cuando se trata de la vida de la otra mitad de la humanidad, a menudo no hay más que silencio. Y estos silencios se encuentran en todas partes. Nuestra cultura está plagada de ellos. Las películas, las noticias, la literatura, la ciencia, la planificación urbana, la economía. las historias que nos contamos sobre nuestro pasado, presente y futuro. Todo está marcado -o desfigurado- por una «presencia ausente» con forma femenina. Es lo que se llama la brecha de datos de género".
Aunque sea lo que más aparece cuando hacemos una búsqueda en internet, la mujer invisible no es una superheroína de Marvel. La mujer invisible es el producto necesario del patriarcado y una condición imprescindible para su mantenimiento. Habría que hablar, por ello, de la mujer "invisibilizada".
Ya nos hemos hecho eco aquí de la invisibilización de las mujeres en nuestra prehistoria, esa teoría del "hombre cazador" de la que habla Caroline Criado Perez. Ahora podemos profundizar en una realidad que afecta a todas las dimensiones de la vida: desde algunas ya bien conocidas como los sesgos de género en las ciencias de la salud, los cuidados o el empleo, hasta otras como la retirada de la nieve en las calles, el hecho de que tan pocos hombres lean libros escritos por mujeres, la falsa meritocracia en las universidades, el diseño urbano, la regulación de la temperatura en las oficinas, los urinarios, los algoritmos, la brecha de género en la historia (RTVE promociona estos días un bochornoso programa titulado, atentas al masculino genérico, "El mejor de la historia", en el que hay que escoger a este supuesto mejor español entre 50 personajes de los cuales solo 10 son mujeres)... y, por supuesto, los gravísimos problemas del déficit de credibilidad y de la violencia machista ("incluso el mejor de los hombres no puede saber lo que es ir por el mundo con un cuerpo que otras personas tratan como una sala de juegos y entretenimiento").
Este libro, cuya lectura recomiendo vivamente, es una demoledora herramienta para desmontar cegueras y banalizaciones tan presentes, desgraciadamente, no sólo en la manosfera, sino en instituciones tan serias como las universidades o las academias de la lengua. En efecto, el "masculino genérico" está muy lejos de transmitir neutralidad: es un uso del lenguaje fuertemente generizado, es, simple y llanamente, masculino. ¡Cómo no va a serlo si, como explica la autora, "el sesgo masculino está tan firmemente incrustado en nuestra psique que hasta las palabras genuinamente neutrales se leen como masculinas"!
Al final, las ausencias o los sesgos en los datos que con tanta autoridad denuncia Caroline Criado Perez no son la causa de la invisibilización de las mujeres sino una de sus consecuencias. por lo que la solución no consiste, simplemente, en incorporar "datos de mujeres" a nuestras investigaciones, diseños, instituciones y prácticas. La solución es actuar antes, actuar sobre la cultura del "hombre por defecto" que hace que cuando pensamos en o hablamos de "lo humano", en un sentido general, en realidad estemos siempre refiriéndonos al hombre. La solución es debilitar para transformar la estructura del poder patriarcal en todas las instituciones:
"La solución de la brecha de datos de sexo y género es clara: hay que cerrar la brecha en la representación de las mujeres. Cuando las mujeres se implican en la toma de decisiones, en la investigación o en la producción de conocimiento, no quedan relegadas al olvido. Las vidas y las perspectivas femeninas salen de la oscuridad".
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