Carolyn Forché
El país entre nosotros
Traducción de Andrea Rivas
Valparaíso Ediciones, 2016
"Era simple. Ella había venido
para encarnar la memoria de una poeta
cuyo cuerpo nunca fue encontrado".
Descubrí a Carolyn Forché gracias a su libro autobiográfico Todo lo que han oído es cierto (Traducción de Martín Schifino y María Luz Nóchez, Capitán Swing, 2020), en el que relata sus estancias en El Salvador entre enero de 1978 y marzo de 1980, cuando empezaban a sentirse los primeros zarpazos de la terrible guerra civil que entre 1979 y 1990 provocó alrededor de 75.000 muertos, un millón de personas desplazadas y otro millón de emigrantes, todo ello en un diminuto país que en 1980 no llegaba a los 5 millones de habitantes. Un libro que me impresionó.
Luego vinieron sus primeros poemas recogidos en el libro Juntemos las tribus (Traducción de Claribel Alegría y Lillian Levy, Visor, 2017), en los que brillan ya las características de su escritura, expresión de su mirada sobre la realidad: el compromiso, la corporalidad, el protagonismo de la mujer, la empatía, la memoria de las víctimas. Ahora he leído su segundo libro de poemas, con el que, me temo, se acaba su obra publicada en castellano. A ver si alguna editorial se anima a publicar el resto de sus trabajos. El país entre nosotros se divide en tres partes. La primera, dedicada "a la memoria de Monseñor Óscar Romero", recoge ocho poemas y un brutal texto corto ("El coronel") a partir de su experiencia en El Salvador:
"Es un país pequeño.
No hay nada que un hombre no le haría a otro".
La segunda parte, titulada "Reunión", incluye trece poemas que nos llevan hasta Belgrado y Praga ("A los veintiocho / soy viejo, recordando botellas / que llenamos con gasolina / y encorchamos con harapos de vestidos / de nuestras madres, y que la sosegada / palabra soviética se pronuncia / entre escupitajos") y nos devuelven a su Detroit natal, para acabar en Mallorca, donde Forché pasó un verano con la poetisa nicaraguense-salvadoreña Claribel Alegría, exiliada, traduciendo sus poemas al inglés.
La tercera parte está dedicada a su amigo Terrence Des Press (no Terence, como por error se indica en el libro), y se compone de un solo poema, "Nosotros mismos o nada". Des Pres, autor del libro The Survivor: An Anatomy of Life in the Death Camps ("El sobreviviente: anatomía de la vida en los campos de la muerte"), escrito a partir de los testimonios de setenta y siete supervivientes de campos de la muerte nazis y soviéticos, se ahorcó en 1987. Carolyn Forché dedica un emocionante recuerdo a su amigo desaparecido, con quien compartía pasión por hacer memoria de las víctimas:
"Ve tras eso que está perdidoy las fosas comunes de los muertos del siglo
se abrirán en las horas de tu amanecer:
Belsen, Dachau, Saigon, Phnom Penh
y aquel significativo Bridge of Ravens,
Sao paulo, Armagh, Calcuta, El Salvador,
aunque estos no son los mismos".
En una entrevista de 2017, oportunamente titulada "Una inagotable responsabilidad por el otro", Carolyn Forché cuenta que El país entre nosotros pudo publicarse, después de ser rechazado por varias editoriales, gracias al interés que suscitó en Margaret Atwood, quien la animó a ponerlo en manos de un agente conocido suyo. En esta entrevista profundiza en su idea de la poesía del testimonio ("Poetry of Witness"). Una poesía política, pero no en el sentido estrecho del término, como indicaba en otra entrevista:
Poesía que conmueve hacia adentro, que emociona por su lirismo, pero que también busca con-movernos hacia afuera, ponernos en movimiento. Así nos lo recuerda en uno de los poemas de este libro:
"No es tu derecho sentirte impotente".
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