lunes, 15 de junio de 2020

Tirar del hilo

Andrea Camilleri
Tirar del hilo
Traducción de Carlos Mayor
Salamandra, 2020

"¿Cuánto altruismo, cuanta generosidad del hombre con el hombre se perdía en aquella tragedia que se repetía todas las noches?".


El comisario Montalbano investiga el brutal asesinato de Elena, modista de Vigàta. Montalbano la ha conocido cuando Livia le ha obligado a hacerse un traje a medida para asistir a una celebración y ha quedado fascinado por su belleza y simpatía. Tirando del hilo de su muerte, iremos descubriendo la vida compleja y trágica de una mujer reservada e independiente.

Todo ello con el dramático trasfondo de los continuos desembarcos de centenares de personas que huyen de la guerra y la miseria en el norte de África:

"Los desembarcos ahora ya son más puntuales que el autobús de Montelusa. Llegan por centenares, noche sí, noche también. Da igual el tiempo que haga. Hombres, mujeres, niños, viejos... Llegan ateridos, hambrientos, sedientos, asustados. Les hace falta de todo. En comisaría estamos pendientes de los desmbarcos las veinticuatro horas del día. Y en el pueblo se han formado varios grupos de voluntarios que recogen material de primera necesidad, preparan comidas calientes y distribuyen ropa, calzado y mantas".

Junto a los personajes de siempre (Cattarella, Fazio, Mimì Augello, Enzo, el forense Pasquano), en esta ocasión brillan con luz propia la joven Meriam, colaboradora de Elena, y el dottor Osman, originario de Túnez, dentista y experto en arte, que colabora como intérprete y como médico con la policía en la gestión de los desembarcos. Dos personas que representan a esos inmigrantes rechazados por el nacionalpopulismo, pero que forman parte de la comunidad de Vigàta.

Una novela en la que un maduro y cansado Montalbano le sirve a Camilleri para expresar toda su frustración y su rabia ante el devenir de un mundo y una Europa en riesgo de perder su humanidad:

"En mi opinión, con el pretexto del gran sueño de una Europa unida hemos hecho lo pisible y lo imposible por destruir sus cimientos mismos. Hemos mandado a tomar por culo la historia, la política, la economía en común. Lo único que quizá quedaba intacto hasta hace poco era la idea de la paz. Y es que, después de habernos matado los unos a los otros durante siglos, ya no podíamos más. Pero ahora se nos ha olvidado, y por eso recurrimos a esta excusa estupenda de los migrantes para levantar viejas y nuevas fronteras con alambre de espino. Dicen que entre ellos se esconden los terroristas, en vez de decir que esta pobre gente en realidad huye de lo terroristas".

Eso sí, siempre con sus característicos golpes de humor. Y con generosos guiños a las novelas de Antonio Manzini, cuyo subjefe Rocco Schiavone tiene bastante parecido con un Montalbano trasladado desde la cálida Sicilia hasta las frías montañas del valle de Aosta.

1 comentario:

Sal dijo...

Hola.
No he leído esta de Camilleri (o de Montalbano). Lo que me recuerda que ya va siendo hora de leer alguna de las que me faltan. Qué buena mano tenía Camilleri para los comisarios (o qué buena mano tenía el comisario Montalbano para los escritores).
La última fue El carrusel de las confusiones: https://imagoestinaqua.blogspot.com/2020/02/camilleri-el-carrusel-de-las-confusiones.html