domingo, 24 de noviembre de 2019

Un destello de luz: un nuevo caso del inspector Gamache

Louise Penny
Un destello de luz
Traducción de Patricia Antón de Vez
Salamandra, 2019

"Armand Gamache siempre había tenido creencias pasadas de moda: creía que la luz barrería las tinieblas, que la amabilidad era más poderosa que la crueldad y que la bondad existía incluso en los lugares donde reinaba la mayor desesperanza. Creía que el mal tenía sus limites. Pero ante aquellos hombres y mujeres jóvenes que lo observaban ahora, y que no habían hecho nada al ver que algo terrible estaba a punto de ocurrir, se preguntó si podía haber estado equivocado todo el tiempo. Quizá las tinieblas ganaban a veces, quizá el mal no tenía límites".

Quinta entrega en castellano (novena en su edición original) protagonizada por el inspector jefe de la Sûreté de Quebec, Armand Gamache. De nuevo, Louise Penny nos obsequia con una extensa novela (520 páginas de contenido) construida con la precisión de un reloj de cuco.

Tres tramas se entrelazan en esta compleja narración. La primera, la que desencadena toda la historia, comienza con un mensaje que Myrna Landers, la librera de Three Pines, envía a Gamache: una amiga reciente, Constance, que iba a pasar la Navidad con ella, ha desaparecido y ruega al inspector que la encuentre. Muy pronto se descubre su cadáver -no hago espoiler- pero, lejos de aclararse el caso, la identificación de la verdadera filiación de Constance lo complica: se trata de una de las quintillizas Ouellet, trasunto de las quintillizas Dionne, que existieron en realidad y constituyeron un auténtico fenómeno sociocultural en Quebec. En la novela, Constance era la última quintilliza viva. La habían asesinado mientras preparaba su maleta la víspera de su partida hacia Three Pines.

"Aquel día no nacieron sólo unas quintillizas, también nació un mito y, con él, algo más vio la luz: algo con una cola larga y oscura. -Esto último lo dijo susurrando y todos se inclinaron hacia ella-. También nació un asesino".

La segunda trama gira en torno a una siniestra red de amaños en las adjudicaciones de obra pública que salpican a las más altas esferas policiales y políticas y ponen en riesgo algunas de las infraestructuras más sensibles (túneles y puentes) de Quebec. 

"La Sûreté du Quebec investigaba la corrupción, y no había un objetivo mayor que la industria de la construcción.
Prácticamente todos los departamentos de la Sûreté se habían dedicado a investigar en un momento u otro a la industria de la construcción de Quebec, desde acusaciones de sobornos hasta la intimidación y el homicidio, pasando portrampas en concursos de adjudicación o la participación del crimen organizado. El propio Gamache había estado al mando de las investigaciones sobre la desaparición y el supuesto asesinato de un alto cargo sindical y un ejecutivo de la construcción.
-¿Va de eso todo este asunto? -preguntó Thérèse, todavía mirando a Gamache a los ojos-. Se ha involucrado Francoeur en esa basura?
-No sólo él -respondió Gamache-, sino la Sûreté.
La industria era enorme, poderosa, corrupta, y ahora, con la connivencia de la Sûreté, carecía de supervisión policial y era imparable.
Estaban en juego contratas por valor de miles de millones, y la gente no se detenía ante nada a la hora de ganarlas, de ejecutarlas, ni de intimidar a cualquiera que supusiera una amenaza.
Si había un pecado antiguo y con una sombra alargada y oscura en Quebec, lo representaba la industria de la construcción".

La tercera trama es la que involucra al teniente Jean-Guy Beauvoir, a quien Gamache quiere como a un hijo, pero que, manipulado psicologicamente, ha roto profesional y emocionalmente con el inspector: "Armand Gamache sabía que Jean-Guy había cambiado: de aquel suelo de cemento se había levantado un hombre distinto del que había caído. Pero tambén sabía que Jean-Guy Beauvoir nunca se había levantado en realidad: seguia anclado al suelo de aquella maldita fábrica por culpa del dolor y los analgésicos, por la adiccón y la crueldad y el cautiverio de la desesperanza". Por cierto, en esta novela sabremos, por fin, cómo se filtró y llegó a los medios de comunicación y a la opinión pública el vídeo de aquella trágica operación policial que desde la primera novela, Enterrad a los muertos, atormenta física y psicológicamente a Beauvoir y al propio Gamache.

Y todo esto debe afrontarlo Gamache con su Departamento de Homicidios desmantelado por las altas esferas de la Sûreté.

De nuevo, la localidad de Three Pines se convierte en un personaje central; tal vez con mayor protagonismo que nunca. Una localidad inexistente, pero inspirada en edificios y paisajes característicos de los Eastern Townships de Quebec. Su descripción, cubierto por la nieve, dibuja un lugar tan mágico como acogedor:

"Había nevado día y noche desde que Constance llegara a Three Pines. Llevaba viviendo en Montreal toda su vida adulta y había olvidado que la nieve podía ser tan hermosa; para ella, la nieve era algo que hacía falta quitar de en medio: una faena caída del cielo.
Pero ésta era la nieve de su infancia, alegre, divertida, radiante y limpia. Cuanta más hubiera, mejor. Era un juguete.
Cubría las casas de muros de mampostería, las casas de madera y las casas de ladrillo rojo que rodeaban la gran plaza ajardinada del pueblo. Cubría el bistrot y la librería, la boulangerie y el pequeño supermercado. Constance se imaginaba que había un alquimista en plena tarea y que Three Pines, surgido de la nada como por arte de magia y depositado en aquel valle, era el resultado. O quizá, al igual que la nueve, el pueblecito había caído del cielo para proporcionar un aterrizaje mullido a todos los que caerían allí".

Por cierto, el libro toma su título de uno de los versos de la hermosísima Anthem, de Leonard Cohen:

There is a crack in everything
That's how the light gets in.


"Todas las cosas del mundo se agrietan:
sólo así penetra un destello de luz".

Una advertencia: si empiezas por esta novela te perderás muchos y muy relevantes detalles, pues en la trama hay aspectos que sólo se entienden si se han leído (y se recuerdan, cosa no siempre fácil) las novelas anteriores.

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