Los ciervos se asomaban, esquivos, entre el brezo.
Estamos en época de desmogue, y es fácil toparse por el monte con cuernas caídas. Esta era bastante impresionante: siete puntas, buen peso y casi 90 cms. de envergadura.
A medida que clareaba el día las ciervas se han dejado ver en los claros nevados.
Descendiendo de los altos, la nieve desaparece y los vendos se tornan esquivos, ocultándose entre el brezo.
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