A las 5 de la mañana he cogido el coche y he puesto rumbo hacia San Lorenzo de El Escorial. La Asociación Proyecto Hombre clausuraba hoy, en el Real Centro Universitario Mª Cristina de esa localidad de la sierra madrileña, su X Escuela de Otoño, y con tal motivo hace ya unos meses que su animosa Secretaria, Elena Presencio, me invitó a intervenir con una reflexión sobre el tema "Voluntariado en tiempos de crisis". A las 13:00 volvia a montarme en mi traqueteado vehículo y doce horas y retornaba a casa.
Una gente excelente las voluntarias y los voluntarios de Proyecto Hombre. Personas que encarnan la reflexión que Marco Revelli hace sobre la figura del Voluntario:
La única figura de la rebelión y de la solidaridad que, más allá del umbral, parece vislumbrarse, todavía confusa entre las sombras del futuro, empeñada en estos retos es la del Voluntario [...], frágil e incierta, y todavía vaporosa y débil. Asistimos al nacimiento de esa figura auroral, de perfiles difuminados, ciertamente diferente de aquella -esculpida en la piedra y en el metal- del militante del siglo XX que la ha precedido, o incluso se podría decir opuesta a aquella por su carácter totalmente "civil" (ajeno a cualquier aspecto militar de la organización y del conflicto), por el uso que hace de su propia debilidad como punto de fuerza y de su diseminación (refractaria a cualquier idea de centralización) como forma de presencia, por su carácter ireductiblemente "no político". [...] Pensar en una comunidad reticular de Voluntarios comprometidos en un quehacer que no sea reducible a trabajo porque es gratuito y ajeno a la lógica de lo útil, dedicado a la reproducción aquí y ahora del vínculo social y de las relaciones humanas [...].
(Marco Revelli, Más allá del siglo XX, El Viejo Topo, 2002)
Gracias, Elena, por haberme permitido compartir esta mañana con vosotras y vosotros.
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