El Ayuntamiento de Bilbao prohibirá abrir centros de culto en edificios de viviendas, y proximamente modificará el Plan General para "facilitar la convivencia" de los oratorios con su entorno social [EL CORREO]. Los comentarios al respecto, ya se sabe: "que te lo pongan a ti debajo de tu casa" es lo más razonable que se dice en los foros.
Por eso me parece muy adecuado el comentario que al respecto hace Pablo Martínez Zarracina, en el mismo diario: "Digamos que nada habría que objetar a la propuesta del Ayuntamiento si atendise ésta a motivos que tuviesen que ver solo con los aforos, la seguridad y las molestias. Bienvenidas sean las ideas que garanticen la paz espiritual de las comunidades de propietarios y el buen karma de las asociaciones de vecinos. Lo malo es que resulta fácil maliciarse que los 'problemas de convivencia' de los que habla la municipalidad no tienen que ver tanto con los ruidos y los aforos como con la fobia que provocan en nosotros, por sistema, la apertura de mezquita. Legislar a partir de ese prejuicio inflamable puede ser sin duda previsor y eficaz, pero quiza no resulte todo lo didáctico y ejemplar que sería deseable".
Escribo este comentario en Barcelona, y rebusco en el ordenador hasta dar con una foto que saqué hace ya meses en esta ciudad, en el Raval concretamente.
"Comunidad Cristiana EL CHIRINGUITO DE DIOS", reza el cartel. El local estaba en un bajo. Como dios manda.
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