Pero en la calle hay de todo.
Hay cosas maravillosas -solidaridad, participación, compromiso, arte, alegría...- y cosas aborrecibles -racismo, violencia, gorronería, intolerancia...-.
Lo normal es tomar de la calle sólo aquello que consideramos bueno.
Lo otro, la basura, la suciedad, la mierda, se retira de la calle, claro que sí, pero para reciclarlo si es posible, y si no para depositarlo en un vertedero controlado.
Pero el PP parece haber sucumbido a la variante política del Síndrome de Diógenes. Rebusca en las papeleras y se lleva a casa todo lo que encuentra, sin criterio.
Sí, ya se que esta tentación puede afectar a cualquier político. Es lo que se denomina populismo. Nadie está a salvo.
Pero es curiosa la evolución que ha experimentado la derecha española, desde aquel "la calle es mía" hasta el actual "somos de la calle".
Aquella estaba muy lejos de ser una actitud democrática. Esta otra, a pesar de las apariencias, también.
1 comentario:
Imanol,cuando quieres eres un genio y logras la perfeccion,esta vez te doy un 10.
Un saludo
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