El 12 de septiembre Mariano Rajoy declaraba: "Algo huele a podrido en Benidorm". No es la primera vez que el líder del PP echaba mano de Shakespeare y emulaba a Hamlet, no sé con ela calavera de quién entre sus manos.
No es la primera vez, porque ya en diciembre de 2008 dijo lo mismo, si bien dirigiendo en esta ocasión sus prodigiosas fosas nasales hacia la Comunidad de Madrid: "Algo huele a podrido en Pinto", dijo entonces.
Pero tal capacidad olfativa les parece a sus contrincantes políticos un tanto distorsionada, que sorprende que nariz tan fina no haya captado el hedor de los presuntos casos de corrupción que surgían incluso de su despacho vecino.
¿La guinda de toda esta historia de efluvios, aromas y hedores, que no desmerece en nada a El perfume de Süskind? La foto de hoy de Rajoy olfateando una zapatilla en Córdoba.
Hay gestos que atufan (políticamente hablando).
No hay comentarios:
Publicar un comentario