Incluso hoy, con la cantidad de gente que sube (que subimos, también soy gente) a las cumbres más icónicas de cada localidad, ha sido posible subir al Ganekogorta casi en solitario. Se trata, siempre, de seguir el camino menos transitado.
Biderdi.
Uno se apoya en la mochila. Porque en el momento en que nos quitamos el peso de nuestros hombros no sabemos enderezarnos enseguida; ¡pues resulta que era el peso lo que antes nos daba seguridad y equilibrio! [George Simmel]
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