Mañana soleada, pero muy fría y muy muy muy ventosa en los altos.
Visita al Gallarraga, cumbre muy hermosa y mucho menos visitada que su vecina Ganekogorta.
Cuando pisaba al collado Pagero llegaban también tres montañeros por el camino que asciende desde el embalse Lingorta. Ascendían unos metros por delante de mí, no conocían el camino y se han despistado un poco, tirando demasiado hacia la derecha; les he indicado la brecha para llegar a la cumbre y nos hemos juntado en el buzón.
Es un lujo tener tan cerca estos parajes.
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