sábado, 12 de diciembre de 2020

Huir fue lo más bello que tuvimos

Marta Marín-Dòmine
Huir fue lo más bello que tuvimos
Galaxia Gutenberg, 2020

"Yo he querido escribir sobre la forma que han ido tomando los murmullos en los rincones dulces o afilados de los cuerpos de aquellos que como yo han tenido unos padres que fueron niños durante la guerra. He querido saber hasta qué punto es compartida la experiencia dolorosa de ver, en el trasfondo de la mirada del padre, un niño desvalido, un niño vencido de una guerra. Un niño que se seca la cara con un pañuelo inmenso, un pañuelo de hombre".

 

Marta Marín-Dòmine (Barcelona, 1959) es escritora, traductora, realizadora de documentales y profesora en la Wilfrid Laurier University de Waterloo (Canadá), donde dirige el Center for Memory and Testimony Studies. Tanto su investigación como su obra literaria giran en torno a la memoria y el exilio. 

En este libro, construido a partir de la memoria (y las memorias, pues incluye fragmentos de sus propios escritos) de su padre, de tradición anarquista Joaquim Marín, exiliado por dos veces de España: la primera cuando el abuelo de la autora, un anarquista del barrio del Clot, tuvo que dejar su casa a finales de los años veinte por su militancia política, instalándose en la ciudad francesa de Béziers, donde llegaron en 1929 su abuela junto con su padre y su tía; la segunda tras la guerra civil, en la que su padre combatió con apenas quince años, acabando en el campo de internamiento de Saint-Cyprien.

"Nunca conseguiste recordar cuántos meses pasaste en Saint-Cyprien. Recuerdas, sí, que miembros del SERE [Servicio de Evacuación de Refugiados Españoles o Servicio de Emigración de los Republicanos Españoles] te preguntaron si querías, tú, un muchachito de quince años, ir a la URSS o a México. Fatifado, desconcertado, hambriento y añorado como debías estar. Fatigado, desconcertado, hambriento y añorado como debías estar, el niño aventurero que eras pidió volver a Barcelona con el padre y la hermana. Te habría gustado, sin duda, quedarte en Francia [...]. Pero eras demasiado joven y estabas demasiado solo. En el momento de tomar la decisión de volver, aún no sabías que serías tú quien se haría cargo de la familia, ya que tu padre, que se había implicado con los anarquistas, no se atrevía a salir a buscar trabajo. Aquella Barcelona de barrio, provinciana y amable, solidaria, a veces estúpida y cruel, pero de la cual tú siempre rescatabas la cara luchadora y obrera, se había convertido, el año 1939, en un territorio empantanado donde había que rehacer las ilusiones y donde, bajo los brazos alzados de los fascistas, se veían sombras que caminaban de soslayo, como perros asustados, pegados a la pared".

A partir de su propia historia familiar Marta Marín-Dòmine reflexiona sobre la huida, el exilio, la errancia y el desarraigo, experiencias radicales que han marcado el siglo XX y continuan haciéndolo en el presente. Lo hace atendiendo al sufrimiento y al trauma que estas experiencias contienen y evocan cuando son forzadas, pero también a su dimensión en ocasiones liberadora: "Ruth, hermana, huir era lo más bello que una podía hacer. Más bello que formar una familia, que tener hijos. Sin dirección, rodando siempre. Huir era lo más bello, y todavía lo es".

Un libro hermoso, para leer a sorbos lentos y pausados.

1 comentario:

IARBEGUI dijo...

Bonito libro. Hay varias afirmaciones que especialmente me han hecho pararme. Pongo una: "Para quien deja un pais, el tiempo que pasa se calcula valorando el desfase entre la necesidad imperiosa de volver y el éxito siempre frágil de haber encontrado el rumbo"
Gracias imanol por este blog que me ayuda a elegir lecturas necesarias.
Un fuerte abrazo
Guiller