lunes, 7 de diciembre de 2020

Como leones

Brian Panowich
Como leones
Traducción de Virginia Maza
Siruela, 2020

"Había pasado toda la vida desgarrado, como si tiraran de él en dos direcciones opuestas por saber en quién iba a convertirse, por decidir si iba a estar en lo alto de la montaña o acabar aplastado por ella. Por fín, había elegido: no iba a ser ninguno de esos dos hombres".
 
 
Poderosa continuación de la primeriza -solo en un sentido temporal, al tratarse de la primera obra de Panowich, pero se trata de un novelón- Bull Mountain (traducida por Rubén Martín Giráldez, Siruela 2017). Insisto en lo de la continuación: aunque en algunas reseñas se dice que puede leerse como una novela independiente, considero que sería un error hacerlo así. 
 
Para disfrutar a fondo de esta historia hay que haberse empapado del ambiente de las montañas de Georgia, el reino de la fabricación clandestina de alcohol durante la Ley Seca y, en la actualidad, lugar idóneo para cultivar marihuana y fabricar metanfetamina. Una zona salvaje y despoblada por la que se derperdigan clanes familiares que representan a la perfección a esas gentes que conocemos despectivamente como white trash, escoria o basura blanca: la población blanca pobre, en la mayoría de los casos de origen rural.[*] En este caso se trata de la familia Burroughs, que ha gobernado durante décadas la zona de Bull Mountain como si de una sociedad feudal se tratara:

"El miedo es la moneda de la que se han servido los reyes de este lugar y, si no querían que nada ni nadie los molestara, solamente tenían que acumularlo en cantidad suficiente y luego abrir las compuertas para hacerlo correr. [...] Si convences a todos para que te teman, el miedo comienza a confundirse con el respeto".

Como no quiero destripar Bull Mountain tampoco puedo contar muchas cosas sobre Como leones. En todo caso, ambas novelas se caracterizan por un estilo ágil, con unos personajes perfectamente construidos, creíbles, un despliegue de violencia nada gratuito, aunque atroz, y un cierto aroma shakespeariano: si en la primera historia el tema central es el parricidio, en la segunda puede ser la redención.
 
Si bien el título es Como leones,  sería más adecuado si fuera "Como leonas" ya que, aunque el protagonista vuelva a ser el sheriff Clayton Burroughs, tres mujeres son las que sostienen la historia: Kate, Twayla (dejémoslo así) y Vanessa. Lo recuerda Kate:

"Esto es un león macho, un animal perezoso, arrogante... y débil. Cualquiera que sepa leer sabe que las leonas son las que matan. Recuérdalo allá donde vayas, Carroza".



[*] Por cierto, he empezado la lectura del libro de Nancy Isenberg White Trash: Los ignorados 400 años de historia de las clases sociales estadounidenses (traducción de Tomás Fernández Aúz), Capitán Swing 2020. Me está pareciendo excelente.

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