martes, 2 de junio de 2020

Incendios

Wajdi Mouawad
Incendios
Traducción e introducción de Eladio de Pablo
KRK Ediciones, 2011

"Hay que romper el hilo, Jeanne, Simon, ¿dónde comienza vuestra historia?
¿Con vuestro nacimiento?
Entonces comienza en el horror.
¿Con el nacimiento de vuestro padre?
Entonces es una gran historia de amor".


En abril de 1975 estalló la guerra civil en el Líbano,  que hasta su finalización  en 1989 fue uno de los conflictos más dramáticos del siglo, con crueles matanzas de civiles como la de Damour o la de Sabra y Chatila. El archivo de TVE nos permite ver un histórico reportaje del reportero Juan Carlos Azcue sobre el estallido de la guerra en ese país de Oriente Medio. Arturo Pérez Reverte cubrió aquella guerra como corresponsal para el diario Pueblo, y hace unos años publicó un artículo que refleja perfectamente aquel horror.

Wajdi Mouawad nació en 1968 en la localidad de Deir el Qamar, una pequeña población del sur del Líbano. En 1977 su familia salió del país huyendo de la guerra para refugiarse en París, de donde fueron expulsados en 1983, asentándose definitivamente en Quebec. Pero la guerra civil libanesa lo ha acompañado como trasfondo de todas su obras. En todas ellas, una suerte de perversa e inapelable  maquinaria de la sangre relaciona inextricablemente pasado y presente, convirtiendo a sus protagonistas en actrices y actores de un drama eterno. Así ocurría en su impresionante novela Ánima (Destino, 2014):

"Yo nací hace tiempo de una masacre, mi familia fue degollada contra el muro de nuestro jardín, y hoy, años después, a miles de kilómetros de allí, la maquinaria de la sangre parece haberse puesto de nuevo en marcha. De Léonie a Janice, de Janice a Chuck y su desgraciado perro, y de Chuck a Rooney, revivo, uno por uno, todos los muertos que me vieron nacer. Es como un juego de pistas macabro que se practica sobre la tierra de América y en el que otros antes que yo, indios, colonos, nordistas o sudistas, sufrieron las mismas carnicerías, y sólo ahora empiezo a entenderlo. No se ha acabado porque sigue aullando y parece que me llama cada vez con mayor insistencia, parece que me nombra por mi propio nombre".

Incendios es un guión teatral, la tercera obra de su tetralogía "La sangre de las promesas", aunque pueden leerse independientemente. Se trata de una tragedia de tintes clásicos, griega o shakespereana, en la que sus protagonistas, los gemelos Jeanne y Simon, realizarán un terrible y personalísimo viaje al corazón de las tinieblas para cumplir la última voluntad de su madre: entregar sendas cartas a su padre, a quien nunca conocieron, y a su hermano, de cuya existencia acaban de enterarse. Para ello, primero tendrán que encontrarlos, viajendo para ello desde Quebec hasta el Líbano.

El lenguaje dramático, desnudo de cualquier descripción de paisajes que nos permitan descansar de la historia aunque sea un momento, nos obliga a un extenuante ejercicio emocional acompañando a los protagonistas en su búsqueda, cuyo resultado no puede ser más doloroso. Aunque también redentor.

"Hace dos días, los milicianos colgaron a tres refugiados adolescentes que se aventuraron fuera de los campos. ¿Por qué colgaron los milicianos a los adolescentes? Porque dos refugiados había violado y matado a una chica del pueblo de Kfar Samira. ¿Por qué violaron esos dos tipos a la chica? Porque los milicianos había lapidado a una familia de refugiados. ¿Por qué los habían lapidado los milicianos? Porque los refugiados había quemado una casa cerca de la colina del tomillo. ¿Por qué quemaron los refugiados la casa? Para vengarse de los milicianos que habían destruido un pozo de agua perforado por ellos. ¿Por qué destruyeron el pozo los milicianos? Porque los refugiados habían quemado una cosecha al lado del sío. ¿Por qué quemaron la cosecha? Hay ciertamente una razón, mi memoria se detiene ahí, no puedo retroceder más, pero la historia puede proseguirse aún mucho tiempo, de hilo en hilo, de cólera en cólera, de pena en tristeza, de violación en asesinato, hasta el comienzo del mundo".

El texto de Mouawad ha sido la base de una obra de teatro, dirigida en España por Mario Gas, y de una película, dirigida por el cineasta canadiense Denis Villeneuve.

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