martes, 7 de abril de 2020

El canto de las sirenas

Val McDermid
El canto de las sirenas
Traducción de Víctor Manuel García de Isusi
RBA, 2012

"Qué duda cabe de que descubrir que se tiene un talento natural para algo no implica necesariamente que haya que dejarlo todo para dedicarse a ello. Mientras me deshacía del cadáver de Paul (esta vez en un portal oscuro de un callejón de Temple Fields), ya había decidido quién iba a ser mi próximo objetivo. Pero incluso después de una experiencia tan magnífica como la que había compartido con Paul, no tenía intención de repetirla con Gareth".

Una cosa buena del confinamiento para un librívoro es que permite algo que no es fácil en circunstancias normales: combinar la lectura de novedades con la de "fondo de armario". A lo largo de los años van quedando en segunda línea de estantería libros adquiridos en librerías de viejo y segunda mano o en ferias del libro antiguo y de ocasión, postergados por la sucesión de novedades. En mi caso, una gran parte de estas obras pertenecen al género policiaco.

El canto de las sirenas es un buen ejemplo de este género. Su autora no es uno de los grandes nombres de la novela negrocriminal (no aparece citada en el canon del maestro librero Paco Camarasa), pero en mi opinión no está muy lejos de ellos. Val McDermid combina a la perfección el toque británico de la novela de investigación y detectives de autoras como P.D. James y Ruth Rendell con la construcción de tramas criminales más propias del género negro (realmente, negrísimo) norteamericano, con asesinos seriales y crímenes brutales.

Había leído antes otros dos libros de MacDermid -Lugar de ejecución (RBA, 2002) y Delito en la piel (Círculo de Lectores, 2007)- que me habían gustado mucho, y esta novela no me ha decepcionado.

Un aterrador asesino en serie que tortura y mutila bárbaramente a sus víctimas y que no deja ni una sola pista o indicio aprovechable por la policía. Una inteligente y entregada detective, Carol Jordan, encargada de investigar los crímenes en un entorno machista y desleal, sin más vida privada que la que comparte con su hermano. Un psicólogo experto en la construcción de perfiles criminales, Tony Hill, que carga con un pasado traumático que solo le permite disfrutar de sexo telefónico. La investigación, endiabladamente compleja, se entrecruza con la tensión que cada personaje arrastra y con las tensiones que su relación genera. 

Una historia que se lee del tirón, a pesar de sus 400 páginas.

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