domingo, 8 de diciembre de 2019

Cómo ser una buena criatura

Sy Montgomery
Cómo ser una buena criatura. Memorias de una naturalista a través de trece animales.
Ilustraciones de Rebecca Green.
Traducción de Carmen Torres y Laura Naranjo

"Cuando mis destrezas lingüísticas cobraron la solidez suficiente como para discutir semejantes temas, anuncié a mis padres que era un caballo. Galopaba por la casa relinchando y sacudiendo la cabeza. Mi padre accedió a llamarme «Poni», pero mi madre, tan elegante y socialmente ambiciosa, deseaba que su hijita tuviera el buen juicio de fingir que era una princesa o un hada y, por lo tanto, estaba preocupada. Temía que tuviera alguna tara mental.
El pediatra militar le aseguró que la fase del poni se me pasaría. Y lo hizo... pero sólo cuando les revelé que, en realidad, era un perro.
Desde mi punto de vista, esto representaba un único problema: aunque mis padres y sus amigos se esforzaban en mostrarme lo que debía hacer para ser una niña, no había nadie que me enseñara lo que debía hacer para ser un perro. Hasta que cumplí tres años y la única ambición de mi corta existencia se hizo realidad con la llegada de Molly".


Sy Montgomery (Frankfurt, 1958) es una reconocida naturalista estadounidense cuya formación académica (una triple licenciatura en Periodismo, Psicología y Literatura Francesa en la Universidad de Syracusa) no puede estar más alejada de la fauna y los ecosistemas a los que ha dedicado su vida. Naturalista de campo, su pasión por los animales sobre los que escribe es tan veraz como contagiosa. Me recuerda mucho a Gerald Durrell (si no lo has leído aún no puedes perderte su maravilloso libro Mi familia y otros animales, repetidamente editado por Alianza Editorial).

Este libro es una especie de autobiografía en la que la autora nos habla sobre algunos de los animales que han marcado su vida, actuando como "maestros excepcionales" en distintas fases de su existencia enseñándola a ser lo que ellos son de manera natural: "ser una buena criatura".

En realidad son más de trece los animales que aparecen en estas páginas:
  • Molly, la terrier escocesa de su familia; 
  • los (¿o las? "Me refería a ellos en masculino, aunque no tenía razón anatómica alguna para hacerlo. Los humanos no podemos identificar su sexo hasta que ponen un huevo") tres emús australianos a los que llamó Pata Jorobada, Cabeza Negra y Garganta Pelada;
  • el cerdo Christopher Hogwood;
  • Tess, la border collie adoptada en el refugio para animales donde se recuperaba de un grave accidente;
  • la tarántula Clarabelle, con la que convivió durante una expedición en la Guayana Francesa; 
  • un armiño que apareció en su gallinero la mañana del día de Navidad;
  • Sally, otra border collie adoptada tras la muerte de Tess;
  • la pulpo Octavia; 
  • Thurber, el border collie tuerto que sucedió a Sally;
  • Las Damiselas, ocho pollitas de gallina.
Estos son los protagonistas principales, porque también aparecen más brevemente canguros arborícolas y equidnas.

"Conocer a un ser que pertenece a otra especie puede agrandar tu alma de varias y sorprendentes maneras", afirma la autora en la introducción. Y esto es precisamente lo que hace, aproximarse a cada uno de estos animales como a un individuo, distinto de los humanos pero también diferente de otros individuos de su especie. Este énfasis en la diferencia de cada individuo, en su unicidad, es especialmente claro en las páginas dedicadas a sus tres border collies, cada uno con su propia "perronalidad".

Como se indica en la contraportada, éste es un libro "sobre la alteridad y la semejanza entre humanos y animales, sobre el amor y la empatía hacia los otros, sobre cómo esos otros (tan distintos como un pulpo o una tarántula) nos ayudan a lidiar con la pérdida o la desesperación". Escrito desde la emoción y el sentimiento, en ningún momento cae en el sentimentalismo. No es un libro-Disney. Tampoco incurre, creo, en la antropomorfización simplista.

El libro revela una personalidad arrolladora, que Jacinto Antón refleja perfectamente en un divertido artículo elaborado a partir de una conversación con la autora.

Un libro bello por su contenido pero también por su continente. Hermosamente editado, acompañado de las ilustraciones de Rebecca Green. Un excelente regalo.

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