sábado, 31 de agosto de 2019

Y vimos pasar las estaciones: conversación sobre el cambio climático

Philip Kitcher - Evelyn Fox Keller
Y vimos cambiar las estaciones. Cómo afrontar el cambio climático en seis escenas
Traducción de Silvia Moreno Parrado
Errata Naturae, 2019


"Este libro [...] pretende fomentar la conversación. Queremos estimular el debate en nuestra vida cotidiana. En centros sociales y en las cafeterías de los lugares de trabajo.En bares y restaurantes. En escuelas y universidades. En iglesias, sinagogas, mezquitas y templos. En el salón de nuestra casa y en torno a la mesa del comedor".

La convicción profunda de su autora (física y profesora de Historia y Filosofía de la Ciencia en el MIT) y su autor (filósofo de la ciencia, catedrático de la Universidad de Columbia) es que no afrontaremos con seriedad la crisis climática hasta que no seamos capaces de impulsar una profunda conversación sobre la misma, en todos los niveles, hasta constituir un foro global de diálogo.

Siguiendo esta convicción han escrito un libro que, en sí mismo, es un ejemplo de lo que podría ser esta conversación.  En cada escena una mujer distinta, llamada siempre Jo, representa a las personas que reclaman medidas urgentes contra el cambio climático, mientras que Joe, un varón, discute los argumentos de Joe, exige aclaraciones sobre los mismos o llama la atención sobre determinadas consecuencias negativas que pudieran derivarse de las acciones emprendidas. Como aclaran el autor y la autora, si bien su posición personal coincide con las posiciones defendidas por Jo,

"Joe no es ningún demonio ni un monstruo desalmado. En realidad, es tan buena persona como Jo. Es razonable y (esperamos) comprensivo. Las observaciones que hace son  importantes. Demuestra que es posible oponerse a las llamadas para actuar por el clima de distintas formas y en distintas fases. Sus objeciones, por tanto, han de oírse y debatirse".

A lo largo de sus conversaciones, Jo y Joe discutirán sobre las evidencias que confirman el cambio climático, sus causas antropogénicas, sus posibles consecuencias; sobre los costes económicos de las medidas que habría que tomar; sobre las motivaciones éticas que habrían de sustentar nuestra preocupación por el cambio climático, si limitadas a nosotras y nosotros y a nuestra descendencia más directa, o si deberíamos incorporar en nuestros proyectos y cálculos a las futuras generaciones y a las personas que habitan en otras regiones del mundo (¿hasta dónde llega nuestra responsabilidad?); sobre las instituciones que podrían liderar el proceso de transición... Para mantener en todo momento el estilo dialógico, durante las conversaciones entre Jo y Joe se filtran abundantes datos, pero no se incluyen referencias a fuentes ni hay citaciones a pie de página. Pero en las páginas 305-339 encontramos numerosas fuentes y recursos que fundamentan o amplian la información utilizada por Jo en sus argumentaciones. Se convierte, así, en una referencia importante para cualquier persona o grupo interesada en el debate sobre la emergencia climática que afrontamos.

Su perspectiva filosófica es claramente habermasiana. Confian en la posibilidad de diseñar una comunidad ideal de diálogo fundada sobre la asunción de responsabilidades morales y procedimientos deliberativos transparentes y democráticos, de manera que los intereses contrapuestos al inicio de la conversación vayan depurándose en el transcurso de la misma, hasta permitir llegar a acuerdos:

"Cuando se tienen claramente en cuenta las responsabilidades morales, cuando se reconoce y evalúa la pertinencia para las vidas humanas de políticas alternativas y cuando se plentean y debaten los fundamentos éticos para apoyar o rechazar las propuestas, los participantes de la conversación superan las reivindicaciones de los intereses particulares en conflicto".
 
"La norma para resolver adecuadamente una cuestión ética es que la decisión sea acorde con lo que surgiría de un tipo determinado de conversación. Lo que está justificado desde el punto de vista ético es lo que se apoyaría en las deliberaciones entre un grupo plenamente representativo de personas, que cuente con la mejor información disponible y se hayan comprometido a hallar una solución con la que todas puedan vivir. [...] La forma obvia de convencer a las personas de que se les ha ofrecido un trato justo es dejar claro que dicho trato ha surgido de negociaciones en las que han estado bien representadas y en las que todas las partes han buscado un resultado aceptable".

Esta es, en mi opinión, la principal debilidad del libro: un déficit de análisis político en términos de intereses materiales en conflicto. Sólo en un momento del libro la autora y el autor apuntan la posibilidad de que una propuesta como la suya fracase en el caso de que "los poderosos se abran paso mediante el ejercicio de la fuerza bruta". Evidentemente, si estos intereses contrapuestos se sientan en una mesa con la actitud señalada (asunción de responsabilidades morales, toma en consideración de las consecuencias de nuestras preferencias sobre otras vidas, justificación ética de nuestras propuestas, disposición al acuerdo) las posibilidades de éxito son enormes. Pero el problema es cómo sentar a ciertos intereses a la mesa de diálogo.

En cualquier caso, se trata de un libro de gran interés, con abundante información, escrito de manera muy pedagógica, que debería ser leído y conversado en seminarios, movimientos sociales, cuadrillas, iglesias...

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