Sin llegar nunca a la cumbre
Traducción de César Palma Hunt
Penguin Random House, 2019
El autor de Las ocho montañas relata en este breve libro la travesía entre las localidades de Juphal y Kagbeni, en la región de Dolpo, al oeste del Nepal, conformando una de las mesetas más elevadas del mundo. Aquí se encuentra el Dhaulagiri (8.172 m.).
Conocida como el "Reino Escondido", no fue hasta 1956 cuando recibión la visita de un europeo, el antropólogo británico David Snellgrove. Esta es la zona que en 1973 recorrió el escritor Peter Mathiessen, experiencia que recoge en su hermoso libro El leopardo de las nieves, que Cognetti leerá y reelerá durante su viaje.
Cognetti se adentra por estor valles y puertos del Himalaya con motivo de su cuarenta cumpleaños, buscando "ver el Tibet que ya no existe". Habitante del Valle de Aosta, en los Alpes italianos, Cognetti aspira a encontrarse con una vida y una cultura auténticamente montañesas, incontaminadas:
"Me gustaba la idea de que hubiera un único gran pueblo en las tierras altas del mundo, pero no dejaba de ser simple romanticismo: en los Alpes ya éramos ciudadanos de la inmensa megalópolis europea, o de uno de sus extrarradios boscosos. Vivíamos, trabajábamos, íbamos de un lado a otro, teníamos relaciones de ciudadanos. ¿Seguían existiendo los montañeses? ¿Había en algún lugar una montaña auténtica, libre del colonialismo de la ciudad, íntegra en su condición de montaña?".
La verdad es que buscar la montaña auténtica desplazándote en avión y formando parte de una expedición formada por diez europeos, doce nepalíes y veinticinco mulas de carga, suena a broma. Es algo así como un ejercicio de gentrificación de la naturaleza. Es por eso que hace años decidí que nunca voy a viajar a algunos de los lugares que desearía conocer: el Himalaya, el Gran Cañón, el Kilimanjaro, las Rocosas, las Highlands... Me conformo con montañas y naturaleza más cercanas.
En todo caso, tiene razón cuando escribe que "en la montaña cada cual camina solo incluso cuando va acompañado". A lo largo de casi un mes, Cognetti cruzará puertos de montaña a 5.000 metros de altura, visitará estupas budistas, compartirá té con habitantes de remotas aldeas y contemplará algunos de los paisajes más impresionantes del planeta.
Todo esto lo cuenta con sencillez, entremezclando descripción del paisaje y reflexión personal, tejiendo una narración hermosa, pausada, perfecta para ser leída en época estival.
Mañana yo me haré mi propia ruta: Peña Prieta, tal vez.
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