2019 ha empezado cuesta arriba.
Que es una excelente forma de empezarlo cuando la cuesta es una ascención de 700 metros, a lo largo de 6 kilómetros, con la expectativa de un día luminoso.
Hacía frío (-5º C) cuando he cogido el coche para acercarme hasta Otero de Guardo, desde donde he empezado a caminar cuando aún no había amanecido.
Pero el dia se anunciaba tan soleado como los que hemos dirfrutado hasta ahora.
El objetivo de hoy, La Tuda (1.964 mts) , también conocido como Peña de Orvillo, recibía los primeros rayos del sol. Pero el camino en sombra estaba literalmente helado.
La ascensión a La Tuda es sencilla y nada exigente. Los 700 metros de desnivel se superan recorriendo una distancia considerable, casi 6 kilómetros, por lo que se va ganando altura poco a poco, sin apenas esfuerzo.
Al llegar al collado (1.526 mts) que nos sitúa en la loma este de La Tuda, el Espigüete se nos muestra en todo su esplendor.
Mientras remonto la loma, entre rocas y brezos, empiezan a verse las cuatro grandes columnas de piedra de la cumbre, conocidas como los "tios pinaos".
Desde la cumbre, dominada por las cuatro columnas de piedra, como si de un altar megalítico se tratara, se puede ver Riaño, con su puente sobre el embalse, y un extremo de Picos de Europa. También tenemos una preciosa vista del Pico Murcia, el Espigüete y el Curavacas.
Desde La Tuda se puede continuar hasta al Alto de Arbillos (1.972 mts), en apenas quince minutos, y desde aquí bajar a Otero completando una entretenida marcha circular. Pero es Año Nuevo, y había que llegar a una hora prudencial para (previa ducha) el poteo de las 13 horas y la posterior comida. Así que he bajado por el mismo camino hasta un Otero de Guardo cuyas chimeneas humeaban, pero que aún descansaba tras la noche de ayer.
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