A veces me pregunto en qué lugar encajamos las mujeres maduras en el diseño de las cosas, una vez que la construcción del nido ha perdido su encanto. Hace una generación, Margaret Mead, que tenía una respuesta bastante buena para esa cuestión, se preguntaba lo mismo, y apuntaba que en otras épocas y otras culturas habíamos tenido nuestro papel
Somos tantas que resulta tentador concebirnos como una clase. hemos dejado atrás nuestros años fértiles; los hombres no nos quieren, prefieren a las mujeres más jóvenes. Tiene sentido biológico que los hombres se sientan atraídos por mujeres en una etapa más temprana de su vida reproductiva, que aún quieren construir nidos; y si eso nos lleva a perdernos los placeres y la intimidad de la pareja, bueno, al menos nos hemos ganado a nosotras mismas. También tenemos otra cosa muy valiosa: tenemos tiempo, o al menos la conciencia de su paso. Hemos vivido y hemos visto lo suficiente para comprender, en un sentido que trasciende el concepto intelectual, que vamos a morir, de manera que hemos aprendido a vivir como si fuésemos mortales, tomando las decisiones con cuidado y reflexión, pues no podremos volver a tomarlas. para nosotras el tiempo tiene un final; es precioso y hemos aprendido su valor.
Sí, somos muchas, pero todas tan diferentes que no estoy cómoda con un análisis sociobiológico, y sospecho, como Margaret Mead, que la solución es personal e individual. Como nuestra cultura no nos ha asignado ningún papel real, podemos crearlo nosotras mismas. Ésta es una buena época para ser una mujer madura con personalidad, fuerza y agallas. Somos increíblemente libres. Vivimos mucho tiempo. Nuestro hijos son ya los adultos independientes en los que los ayudamos a convertirse, y aunque puede que sigan queriendo nuestro amor, no necesitan nuestros cuidados. Las normas sociales son tan flexibles hoy en día que nada de lo que hagamos resulta chocante. Ya no tenemos barreras políticas. Siempre y cuando conservemos la salud y dispongamos de los medios para tirar adelante, podemos hacer cualquier cosa, tener cualquier cosa e invertir nuestro talento como nos plazca.
Es otra forma de verlo. Con sus aspectos discutibles. Pero quería compartirlo hoy, 25 de noviembre.
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