Deshabitar
Destino, 2020
"A mi alrededor, otros amigos buscaban casa. R. lo dejó con su pareja y, casi con cuarenta años, se fue a compartir piso en Lavapiés con dos chicas. [...] E. encontró un piso en Usera que podía pagar sola porque, con los mismos casi cuarenta años, compartir se le hacía cuesta arriba. M. rompió con su chicoy se fue a Donostia, donde sus padres tenían una casa, porque sabía que ella sola no podría seguir viviendo en Madrid. J., de más de cuarenta años y sueldo fijo, llevaba varios años viviendo en una corrala cerca de la glorieta de Embajadores, con un alquiler razonable, que tampoco podía pagar solo: alquilaba la segunda habitación de la casa y compartía gastos".
"¿Es un objetivo extremadamente utópico desear que haya viviendas para todos? ¿Es plausible imaginar la vivienda incondicional y universal, dentro de comunidades afables y medioambientalmente sostenibles, como un derecho y no como un privilegio mercantilizado?", se preguntan David Madden y Peter Marcuse al concluir su libro En defensa de la vivienda (Traducción de Violeta Arranz, Capitán Swing 2018). En este breve pero intenso libro, Lara Moreno pone voz y rostro concretos a estas preguntas solo formalmente abstractas, las encarna, las convierte en demanda vivida y sufrida y nos muestra las consecuencias derivadas de la respuesta que el sistema capitalista devuelve a quienes se plantean tales cuestiones: "Sí, es una utopía extrema aspirar a un derecho universal a la vivienda".
Acompañamos a Lara Moreno en su habitar deambulante por Madrid: de Chueca a Cuzco y Puerta del Ángel camino de Huertas, de aquí a Malasaña, un paréntesis de varios años en la Sierra Oeste de Madrid y vuelta a la capital, habitando y deshabitando viviendas alquiladas hasta acabar (o no) comprando un piso "al otro lado del río", ese río que siempre había evitado cruzar.
Acompañamos a Lara (Lara nos hace el inmenso favor de dejarnos acompañarla) a lo largo de quince años de su "camino en la ciudad de Madrid" y sus dificultades, que son las de tantas y tantos, para disfrutar del derecho al que supuestamente daría acceso el artículo 47 de la Constitución. Lara Moreno: ciudadana española, con empleo, educada, madre, proactiva, con capital social ("En menos de media hora, sobre lamesa de esa cafetería, cuatro o cinco manos depositaron otros tantos manojos de llaves. Todos dijeron: micasa es tucasa, puedes quedarte el tiempo que necesites. Madrid tiene esa magia, al menos la tiene para algunos; desde luego siempre la tuvo para mí")... blanca. Si a ella le resulta tan difícil...
Lara Moreno firma una enmienda inapelable contra la supuesta dimensión social (y democrática) de la constitución real del Estado español. Una crónica existencial y, por ello, radicalmente política, del deshabitar, de una desposesión generalizada del hogar permitida por unas instituciones públicas que han renunciado a su función de promover las condiciones necesarias y establecer las normas pertinentes para hacer efectivo el derecho a disfrutar de una vivienda digna y adecuada, regulando para ello la utilización del suelo de acuerdo con el interés general para impedir la especulación y haciendo que la comunidad participe en las plusvalías que genere la acción urbanística de los entes públicos. Sí, lo dice el artículo 47.
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