lunes, 21 de octubre de 2019

No hay lugar seguro

Tana French
No hay lugar seguro
Traducción de Gemma Deza Guil
RBA Libro, 2014

"- Te lo dije desde el principio: esas cosas no suceden porque sí. Todas esas patrañas que los familiares cuentan en los medios de comunicación, todos esos 'No puedo creer que lo hiciera, era un excursionista entusiasta, jamás había hecho nada malo en su vida, eran la pareja más feliz del mundo', no son más que bazofia. cada vez, cada puñetera vez, resulta que, en efecto, el tipo era un excursionista, pero con  una larguísima lista de antecedentes; nunca había hecho nada malo, salvo por la insignificante costumbre de aterrorizar a su mujer, o eran la pareja más feliz del mundo, de no ser por el detalle de que el tipo se estaba tirando a la hermana de su esposa. Y no tenemos ningún indicio, ni uno solo, de que nada de eso pueda aplicarse a Pat. Fuiste tú quien dijo que los Spain habían hecho cuanto estaba en sus manos. Pat lo intentaba. Era uno de los buenos.
- Los tipos buenos también se desmoronan -dijo Richie sin moverse.
- Rara vez. Muy, muy rara vez. Y hay un motivo para que así sea. Es porque los tipos buenos cuentan con pilares que los mantienen en su sitio cuando las cosas se ponen feas. Tienen empleos, familias, responsabilidades. han acatado las reglas durante toda su vida. Estoy seguro de que todo eso no te parece en absoluto emocionante, pero el hecho es que funciona. Y, cada día, evita que algunas personas traspasen esa línea".


Una urbanización costera, Brianstown, publicitada como un paraíso para familias de clase media condenada al abandono y la decrepitud tras el estallido de la burbuja inmobiliaria.Una joven familia residente en Brianstown masacrada en su casa, que aparece llena de extraños objetos y con las paredes agujereadas. Un merodeador se ha aposentado en uno de los edificios deshabitados...  Las sospechas se multiplican, pero la investigación no acaba de dar frutos.

Como un palimpsesto trágico, Brianstown ha sido construida en los terrenos conocidos como Broken Harbour, un lugar al que el atrormentado detective Mick Kennedy, responsable de la investigación, pasaba los veranos cuando era niño, y donde su vida sufrió un vuelco que la trastocó para siempre.

La trama criminal se superpone a otra de carácter, digamos, sociológico. ¿Qué ocurre cuando la existencia de una familia trabajadora, convencida de que su destino sólo puede ser experimentar la movilidad social ascendente, se ve ve sacudida por la crisis económica y el desempleo?

Y en el fondo, la profunda discrepancia que separa y enfrenta a Kennedy y a Richie Curran, el investigador novato que le han adjudicado como compañero: ¿están las buenas personas  generalmente a salvo de sufrir graves actos de violencia criminal? ¿Es verdad, como sostiene Kennedy, que "la mayoría de las víctimas andaban buscando exactamente lo que han encontrado"? ¿Cómo podría aplicarse esta supuesta verdad a una familia como los Spain, gente que, como se empeña en subrayar Richie Curran, "lo intentaba", "se esforzaba", que hacía enormes esfuerzos por sobreponerse a las dificultades económicas que atravesaban?


"Necesitamos líneas rectas para sentirnos seguros, necesitamos paredes: construimos sólidos bloques de hormigón, señales viales y abigarrados horizontes urbanos porque los necesitamos".

Pero no hay lugar seguro...

No hay comentarios: