María Sánchez
Tierra de mujeres. Una mirada íntima y familiar al mundo rural
Seix Barral, 2019.
María Sánchez nació en Córdoba en 1989. Es veterinaria de campo, como lo fueron su padre y su abuelo. Pero ella es mujer desarrollando un trabajo de hombres en un mundo de hombres que se asombra al verla aparecer con su furgoneta. Ser la primera veterinaria de su familia pudo tapar durante un tiempo el hecho de ser, también, “la primera nieta, la primera hija, la primera sobrina”. La presencia e influencia de su padre y su abuelo sobrepuesta a la de las mujeres de su familia.
“¿Por qué ellas no ocupaban un espacio importante entre mis referentes? ¿Por qué no fueron nunca el ejemplo a seguir? ¿Por qué de niña no quería ser como ellas?”. Mujeres silenciadas, relegadas a las sombras de la vida rural, a pesar de ser esenciales para el mantenimiento y la reproducción de ese mundo. Como las raíces de los árboles. “Todos aquellos a los que admiré y seguí: científicos, ecologistas, pensadores, veterinarios, pastores, agricultores, jornaleros, ganaderos, conservacionistas, divulgadores, todos ellos, todos, absolutamente todos, hombres”. Nombres de varones con tanta resonancia en nuestro país como los de Miguel Delibes o Félix Rodríguez de la Fuente.
Para rescatar a esas mujeres del silencio y del olvido María Sánchez ha escrito un libro reflexivo, sosegado: no en vano es autora del poemario Cuaderno de campo (La Bella Varsovia, 2017). Pero es también un texto recio en favor de unas mujeres rurales olvidadas incluso por las otras mujeres, por las mujeres urbanas que impulsan esa esperanzadora revuelta cargada de futuro que es el Ocho de Marzo y todo lo que simboliza y reivindica. Ciudadanas menos aún que de segunda, por ser mujeres que viven en un mundo rural habitado por ciudadanos de segunda, excluidos del acceso a los servicios básicos de salud, educación, cultura o infraestructuras. De ahí su llamamiento a construir “un feminismo de hermanas y tierra”.
“Vivimos a costa de nuestros márgenes”, lamenta María Sánchez. Estos márgenes son la naturaleza ferozmente explotada, reducida a mero recurso, pero también las personas que cultivan los campos y crían el ganado que consumimos sin preguntarnos nada sobre esa persona que hace posible nuestra comida, por su historia, por sus condiciones laborales y de vida… “Cogemos la comida de las baldas y la tiramos sin más al carrito de la compra. Como si lo que acaban de soltar nuestras manos se hubiera formado allí mismo, en el supermercado, como si viniera de la nada, sin un recorrido ni una historia detrás”.
El libro de María Sánchez es un canto de amor a esos márgenes de nuestra sociedad urbana: unos márgenes –un medio rural, unos pueblos- radicalmente innovadores, donde se mantienen y recrean lazos humanos y proyectos vitales sustentados, en la mayoría de los casos, por mujeres. De ahí su firme convicción: “No somos la España vacía. Somos un territorio lleno de vida. De personas, de historias, de oficios, de comunidades”. De mujeres.
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