miércoles, 12 de noviembre de 2014

No es una crisis, es el sistema

PROGRAMA FOESSA 6 18
El jueves pasado, en la Universidad de Deusto, presentábamos el VII Informe Foessa ante un auditorio lleno a rebosar de personas conocedoras de la realidad de la exclusión social en Euskadi.
Francisco Lorenzo, coordinador general del informe, presentó los datos referidos a Euskadi; María Silvestre, profesora de la Universidad de Deusto, se centró en algunos aspectos relativos a la cultura fiscal y, en general, a los valores socioeconómicos que caracterizan las opiniones y actitudes de la ciudadanía española y vasca, y su evolución durante los últimos años. A mí me correspondía exponer brevemente los principales contenidos del capítulo 6, del que he sido coordinador, titulado ¿Qué sociedad saldrá de la actual crisis? ¿Qué salida de la crisis impulsará la sociedad?; sin embargo, a propuesta de las y los organizadores del acto, propuse una reflexión dirigida a situar la actual crisis en un contexto estructural, como una fase dentro un un proceso de transformación social que viene de lejos.

Lo que a mí más me preocupa es que esta crisis "pase" y que, de nuevo, olvidemos las advertencias que desde los Ochenta vienen haciéndo destacados analistas sociales:

"El periodo actual, es el primero desde los años veinte en que los propietarios del capital han rechazado abiertamente un compromiso que implique la influencia pública sobre las inversiones y la redistribución de la renta. Por primera vez desde hacía varias décadas, la derecha tiene su propio proyecto histórico: liberar la acumulación de todas las trabas que le impuso la democracia" [Adam Przeworski, 1988; e.o. 1985].

"La dinámica económica del capitalismo actual aparece acompañada por una reorganización político-social conservadora, como una revancha contra los avances culturales, políticos y sindicales de la izquierda en los años sesenta y setenta" [Göran Therborn, 1992].

"Debo comenzar recordándome a mismo, y también a ti lector occidental, que en el caso de que el que lea estas páginas tenga alrededor de veinte años su memoria personal sólo podrá referirse a tiempos de crisis. Este lector estará acostumbrado a convivir con el desempleo, con la marginación y la pobreza. Un trabajo fijo será para él una meta imposible, y probablemente ya habrá trabajado por cuenta ajena sin ningún tipo de contrato legal. Sabrá que conseguir una vivienda es algo que de momento no puede plantearse, y no se extrañará cuando vea como se privatiza la educación y la sanidad. Estará tan acostumbrado a los «vigilantes jurados» que no verá en ellos la privatización, también, de parte de lo que fue un importante servicio público. No se escandalizará cuando se hable de «flexibilizar el mercado de trabajo», puesto que él ya se encuentra suficientemente «flexibilizado» desde que tiene uso de razón. Y cuando oiga hablar de los problemas de las pensiones de jubilación le parecerá simplemente que el tema no va con él.Voy a tratar de contar aquí,a ese lector, que las cosas no fueron así siempre" [Anisi, 1995]..

El jueves pasado, en la Universidad de Deusto, intente explicarme. No sé si lo logré. En todo caso, aquí puede escucharse mi intervención.

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