Tuve ocasión de ver el documental cuando se presentó en el Museo Reina Sofía, y la verdad es que me impresionó. Ahora he vuelto a recordarlo al leer el libro de Rose George titulado, precisamente, Noventa por ciento de todo, editado por Capitán Swing..Al igual que ocurría en el documental, el libro busca cuestionar, en primer lugar, "la inexistencia de la navegación en nuestro imaginario colectivo", a pesar de su ya citada relevancia: "Estos buques y contenedores pertenecen a un negocio que nos alimenta, nos viste, nos da calor y nos provee. Han aprovisionado de combustible, si es que no directamente creado la globalización. Son la razón oculta de tu camiseta barata o tu televisor económico. ¿Pero quién mira en estos días detrás del televisor y ve el barco que lo transportó? ¿Quién se preocupa de los hombres que condujeron los cereales del desayuno a través de las tormentas invernales? Qué irónico comprobar que cuanto más han crecido los barcos en tamaño y trascendencia, menos espacio han llegado a ocupar en nuestra imaginación".
George describe un mundo regulado sólo sobre el papel -"Pero el mar disuelve el papel"- donde banderas de conveniencia y listas negras de trabajadores reivindicativos imposibilitan la aplicación real de la ley. Un mundo en el que resulta más barato enviar el bacalao escocés hasta China "para que lo corten en filetes y luego lo manden de vuelta a las tiendas y restaurantes de escocia, que pagar a escoceses para que lo corten ellos mismos", a pesar de su enorme coste ecológico: "En 2009, se calculaba que los quince barcos más grandes podían emitir tanto como 760 millones de coches. Si sumamos la navegación a la lista de los países contaminantes, esta ocupa la sexta posición. Los barcos contaminan más que Alemania".
Otra interesante lectura.
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