sábado, 7 de junio de 2014

La crisis del socialismo y las encrucijadas de la izquierda (II)

Seguimos compartiendo reflexiones. Gracias a todas y a todos los que, habiendo leído el comentario anterior, habéis reaccionado con espíritu constructivo y hasta deportivo. Especialmente a quienes me habéis indicado errores o discrepancias. Con el mismo ánimo, lo único que pretendo es contribuir a una conversación que fortalezca a la(s) izquierda(s). Conversación que continuará en escritos posteriores, aunque también intercalaré comentarios relativos a otras cuestiones... ¡que hay vida, y vida buena, más allá de la crisis del socialismo y las encrucijadas de la izquierda!

1. PODEMOS… VOLVER A FRACASAR EN EL INTENTO DE CONSTRUIR UNA IZQUIERDA FEDERAL
Si lo mejor que se les ocurre a las y los componentes de Podemos-Ahal Dugu es hacer el coro a la versión nacionalista y menos ilustrada del derecho a decidir, apaga y vámonos. Así parece, a la luz de sus declaraciones para justificar su participación en la cadena, que no círculo, impulsada por Gure Esku Dago: "Lo mismo que la reivindicación de que la ciudadanía pueda decidir entre monarquía o república no es una reivindicación republicana sino democrática, el derecho de los pueblos a decidir su futuro no es una reivindicación nacionalista o abertzale, sino que es una reivindicación exclusivamente democrática" (El País, 4 junio). 
No es exactamente lo mismo, y esto es algo que ya he expuesto en otras ocasiones. No es cierto que el derecho de autodeterminación sea, sin más, un instrumento neutral, sin contenido, poco más que un procedimiento democrático de decisión. El derecho de autodeterminación es, antes que nada, la definición de un demos, de un sujeto político soberano, que posteriormente decidirá sobre su estatuto político. Cosa que no ocurre en el debate monarquía/república. De ahí que el derecho de autodefinición, es decir, el derecho a definir "quiénes son los miembros que integran en realidad ese pueblo", sea fundamental. A nadie se le escapan los riesgos que tal autodefinición comporta, riesgos entre los que sobresale el de la extranjerización de una parte de la actual ciudadanía vasca.
Ser izquierda federal en Euskadi es muy complicado. Lo experimentó Ezker Batua. El hecho de que Podemos contribuya a eslabonar la cadena de Gure Esku Dago significa, sencillamente, que deja en manos ajenas la definición de su propia identidad como fuerza política de inspiración federal. Y hace que, para muchas y muchos, se convierta en una opción tan poco atractiva como la Ezker Batua de Lizarra o la Alternatiba de Matute. 
¿Derecho a decidir? Claro. Pero hay formas de plantearlo que ocultan el hecho de que son muchas las decisiones que nos humanizan, muchas las que deseamos poder tomar, que no todas ellas dependen de ese mayúsculo y mayestático Derechoadecidir del soberanismo, que muchas de ellas nada tienen que ver con este derecho, pues se juegan en otros campos... Pero nada, ya está resuelto mediante el simple pero vistoso gesto de unir las manos para formar una cadena (que no un círculo). Cadena que, según dicen sus impulsores, transcurrirá "generalmente por la izquierda". Mucho me temo que no será así, y a Cataluña me remito.

2. PODERES… EMPEÑADOS EN VOLVER A REPETIR LOS MISMOS ERRORES DE SIEMPRE
Se discute mucho estos días sobre lo que el PSOE debería hacer en relación al debate republicano surgido tras la estudiada maniobra abdicatoria del Borbón. Aunque me declaro abiertamente anti-monárquico, partidario sin matices de afrontar en serio el proceso de transición hacia un régimen republicano, considero que no es este el debate más importante que hoy debemos plantearnos en España; pero sobre todo pienso que este debate nos acabará despistando de otros mucho más esenciales.
En lo que al PSOE se refiere, es muy alarmante el hecho de que en un partido que quiere ser una organización democrática pueda hablarse con naturalidad, aunque sólo sea como analogía, de “barones” territoriales; pero más alarmante aún es que esta analogía sirva en la práctica para explicar el funcionamiento real de esa organización. Más que la sucesión borbónica, es esta sucesión baronil (aunque se vista de mujer) la que atenta contra los principios republicanos. Es este régimen feudal el que debe ser definitivamente superado si quiere ser un partido con capacidad real de conectar con los latidos de la nueva izquierda que aún espera su oportunidad y gime con dolores de parto. Confundir el control de un determinado territorio (que no es ni siquiera una comunidad, sino un aparato de partido) con el liderazgo político es no enterarse de nada. Y pensar que esta forma de entender la política, como ejercicio de ocupación del poder burocrático, tiene el mínimo atractivo para la ciudadanía es vivir muy alejados de la realidad.
En principio, lo único que los actuales barones territoriales del PSOE han demostrado es su inmensa capacidad de perder elecciones, alejarse de la ciudadanía y convertir al partido socialista en una sombra de lo que fue. Eso, y su habilidad para pegar el salto hasta un escaño en el Senado cuando las urnas les han dado la patada. ¿Y estos son los que van a dar con la solución? Pero ahí está Susana Díaz, la única baronesa que puede acreditar éxito electoral... Sí pero menos. Aún está por ver que se enfrente a una elección en la que ella sea la líder del PSA. Por ahora sólo está donde está como consecuencia de otra abdicación y de un proceso de sucesión atado y bien atado.
Menos mal que hay voces como la de Juan José Laborda, expresidente del Senado y antiguo secretario general del PSOE de Castilla y León (hoy convertida en una versión "castiza" de Juego de Tronos por obra de Oscar López), que se ha mostrado "entristecido y escandalizado" por la pretensión de esos barones de elevar mediante una operación de hidráulica aparatera a Susana Díez hasta la dirección del partido: 
"Me parece perturbador desde el punto de vista intelectual que al mismo tiempo que se reitera la idea de abrirse a la gente, varios dirigentes imploren que venga una determinada persona a resolver los problemas que tienen no sólo los afiliados, sino millones de personas que todavía confían en el PSOE. [...] Creer que los problemas del socialismo se resuelven simplemente cambiando a las personas o el régimen electoral a petición y a al interés de cada circunstancia, coyunturalmente, es un error tremendo porque se desconocen las instituciones y, al mismo tiempo, no se da la importancia que tiene el contenido de lo que se va a hacer: la oferta de ideas y programas".

3. POSIBILIDADES DE ACERTAR, A POCO QUE LAS INTELIGENCIAS INDIVIDUALES Y LA COLECTIVA ENCUENTREN LA FORMA DE EXPRESARSE
Desde fuera, la maniobra baronil de desembarcar a la presidenta de la Junta de Andalucía en la dirección del PSOE me parece un error de enorme magnitud, sólo explicable por el tipo de racionalidad que caracteriza a ese espécimen conocido como Homo secretariusgeneralis: la lógica del "o podemos o podamos", es decir, o sale lo mío o me cargo a quienes discrepan. Se trata de una operación destinada al fracaso, especialmente en el caso de que culmine con éxito: descabezarán Andalucía, impondrán una líder con pies de barro, desanimarán aún más a la militancia socialista y ahuyentarán al electorado.
La verdad es que me he perdido en el debate primarias/congreso extraordinario, qué debe ser primero y cuáles pueden ser las consecuencias de que una cosa se haga antes o después que la otra. Pero si estuviera en mis manos, yo propondría que el resultado de este proceso de recomposición del PSOE fuera impulsado por un equipo liderado por José Antonio Pérez Tapias como secretario general, y por Eduardo Madina como candidato a la presidencia del Gobierno. Conozco personalmente y aprecio enormemente a ambos, y creo que cada uno tiene capacidades que complementan las del otro.
Pero me temo que el río revuelto en el que se ha convertido el PSOE va a favorecer, muy particularmente, los movimientos a corto, esos que prometen ir de victoria en victoria hasta la derrota final.

4. REDEGENERACIONES
A este paso, y lejos de mi ánimo ofender a nadie, algunos van a conseguir que el concepto de “casta” acabe por incorporarse al mismo espacio semántico en el que se sitúan términos tan distintos como “castizo” o “castellano”. Por ejemplo:
  • Castizo: Manera particular en la que se manifiesta por estos lares la casta.
  • Castellano:  Forma de ser casta típica de España. Ver también: Casta española.

Escucho con asombro que en el día de hoy una cuarentena de exministras y exministros de gobiernos del PP, PSOE y UCD, han presentado en Valencia un foro de reflexión y debate denominado Fundación España Constitucional.  La cosa ya llevaba un año en el congelador, pero es ahora que han decidido activarla. Han debido pensar que la España constitucional se enfrenta a graves peligros y, lo que es peor, han debido creerse que está en sus manos hacer algo para combatir esos peligros.

Entre sus impulsores destacan personalidades tan atractivas, transparentes, ejemplares y regeneradas como José Bono, Eduardo Zaplana, Ángel Acebes, Elena Salgado, Carlos Solchaga o Rodolfo Martín Villa. Sólo faltan Matas, Barrionuevo, Rodrigo Rato, Magdalena Álvarez o José Blanco. Un reparto excelente si de lo que se trata es de rodar la película “La noche de los vivos murientes”, pero sí de reforzar la cultura y el espíritu constitucional se trata… ¡Consti, date por jodida!

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Supongo que, dado que lo obvias Imanol, estaras a favor de privatizar Kutxabank y convertir en instrumento neoliberal...tal y como el PsE quiere. ¿Es asi?

Imanol dijo...

Supongo que si lo supones será por algo más que porque "lo obvio", digo, yo. ¿Debo suponer que todo aquello que tu "obvias" responde a que lo apoyas? ¿O eres de lo que no "obvias" nada? ¿Tu dónde escribes, dónde opinas, dónde actúas, dónde te mueves, dónde protestas? Lo digo para aprender de ti y de tu capacidad de no "obviar" nada...
Sin acritud, pero ya te vale.
Y ahora sí: no lo obvio, simplemente me parece un tema un poquito más complejo que lo que planteas. Creo que ya tengo la información suficiente para opinar al respecto, y el próximo comentario abordará esa cuestión.