Si Txetxu -¡maestro!- reivindica un Día de la Lectura en lugar del Día del Libro yo sólo puedo decir: amén.
Pero uno, librívoro al fin y al cabo, se aferra al objeto material como un naufrago a su tabla y no es capaz de separar contenido y continente, idea de papel, lectura de libro.
Y sólo aspira a que el de hoy sea, como en aquel chiste de los huevos fritos, un día de libros...
[-"¿Cómo quieres el huevo?". - "Fritosssss"].
Me gusta que los libros compartan mi vida, me acompañen, callejeen, trabajen y duerman en mi compañía, se rocen con las venturas del día y los caprichos del tiempo, acepten citas conmigo a horas "imposibles", ronroneen con la gata al pie de mi cama, o se arrastren con ella en la hierba, doblen un poco la punta de sus páginas en la hamaca de verano, se pierdan y se encuentren de nuevo. Los libros son para mí más unos amigos que unos servidores o unos maestros. Por eso prefiero a las bibliotecas las tiendas de las que uno sale con un amigo bajo el brazo, las grandes o pequeñas librerías, y los miembros de su familia, librerías de viejo, librerías especializadas, bouquinistas de los muelles, ferias de libros de ocasión...
[Claude Roy, El amante de las librerías, José J. de Olañeta, 2011].
3 comentarios:
Imanol: Tú además de librívoro eres revistívoro.
Por cierto aquí tengo en mi santa morada una pequeña pila que sobrepasan la 'docena de huevos'esperándote.
¡Viva la lectura y el libro! Abrazos
¡Vivan! Pues a ver si quedamos, me pasas la docenita, nos tomamos una cerveza y me explicas cómo puedo felicitarte en tu octavo cumpleblogo. Abrazos
Para felicitarme:
Basta con que envíes un texto por correo electrónico, luego yo me encargo de publicarlo.
Para la quedada, cuando tú digas.
Ya sé que los hombres de universidad sois personas ocupadas ;-)
Abrazos Txetxu
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