viernes, 19 de noviembre de 2010

Ya hay demasiada inmundicia en el mundo

Me encantan los periódicos. Y me encanta leerlos en papel.
Llevo varios años comprando cada día varios periódicos; últimamente eran cuatro.
Muchos días apenas si podía hojearlos, y me limitaba a doblar la esquina superior de aquellas páginas en las que aparecía una noticia, una entrevista o un reportaje que me parecía de interés.
Muchas tardes de domingo he pasado largos ratos revisando esos diarios no leídos y recortando y guardando las páginas señaladas, cuyos contenidos me han servido luego para escribir algún artículo, preparar una clase o una conferencia o seguir la pista a alguna información.

Esta mañana he decidido que ya no voy a comprar EL MUNDO.
Lo sentiré, pues en ese diario he encontrado en muchas ocasiones informaciones y referencias de mucho interés. Lo sentiré.
Pero lo último de Sostres ha sido la gota que ha colmado mi particular vaso.
Para mi gusto, ya hay demasiada inmundicia en el mundo.

2 comentarios:

kala dijo...

Lo peor de todo,Imanol,tiene que ser el rédito victimista que le tiene que estar sacando,o que,en su defecto,le terminará sacando cuando escampe(no se como esta el panorama en este momento) este especialmente repulsivo ejemplar de provocador,acomplejado,resentido y traumatizado tan habitual en el gremio de los millonarios profesionales del agit-prop al servicio de los beneficiarios de la diseminación de veneno emocional y de complicidad complaciente con lo peorcito de los peores ejemplares de la fauna celtibérica en general,y dentro de ella,de la sección de los machitos traumados,resentidos,pendencieros y oportunistas,en particular.Y de todos aquellos oportunistas que se sumen al victimismo llorón, apelando al libertad de expresión como coartada de uso ilimitado.Es imprescindible plantarles cara de manera mas enérgica,constante y reflexiva.Repudiarlos serenamente,tratarlos estigmatizadamente.Y todo ello,apelando a razones.

Anónimo dijo...

Circula estos dias por internet un post titulado "La diez estrategias de manipulación mediática" cuya autoría se atribuye nada menos que a Chomsky.

La 8ª dice que hay que promover la vulgaridad y la complacencia con la mediocridad. Hay que hacer creer al público que está de moda ser inculto, grosero y estúpido.

Que desde medios de comunicación de titularidad pública se promocione (¡Y se pague espléndidamente!)a semejantes adefesios morales, es directamente corrupción.

FÍGARO