Y, sin embargo, cincuenta años en los que su mirada no ha dejado de iluminarnos.
"El desempleo, para el que no había seguro, era el mal más temido. Ello explicaba que esos obreros, tanto en casa de Pierre como en la de Jacques, que en la vida cotidiana eran siempre los más tolerantes de los hombres, fuesen siempre xenófobos en cuestiones de trabajo, acusando sucesivamente a los italianos, los españoles, los judíos, los árabes y finalmente la tierra entera, de robarles su empleo -actitud sin duda desconcertante para los intelectuales que escriben sobre la teoría del proletariado, y sin embargo muy humana y muy excusable-. Lo que esos nacionalistas inesperados disputaban a las otras nacionalidades no eran el dominio del mundo o los privilegios del dinero y del ocio, sino el privilegio de la servidumbre. El trabajo en aquel barrio no era una virtud, sino una necesidad que, para asegurar la vida, condicía a la muerte".
[Albert Camus, El primer hombre, Tusquets, Barcelona 1994, p. 218]
Podría ser Rosarno, en Italia -"es una guerra de pobres contra pobres"- o el Reino Unido de Cameron. Podría ser Vic.
Podría ser hoy. Podría ser mañana.
1 comentario:
La cita de Camus me recuerda hoy a algo mas actual que lo representa bien Richard Sennet en el p´rólogo de su libro " La corrosión del carater".
Sennet dice:
" Es totalmente natural que la flexibilidad cree ansiedad: la gente no sabe que le reportarán los riesgos asumidos ni que caminos seguir........................... Los viejos hablantes de inglés, y sin duda alguna los escritores de la antigüedad, tenían perfectamente claro el significado del término «carácter», a saber: el valor ético que atribuimos a nuestros deseos y a nuestras relaciones con los demás, Horacio, por ejemplo, escribe que el carácter de un hombre depende de sus relaciones con el mundo. En este sentido, “carácter” es una palabra que abarca más cosas que la más moderna «personalidad», un término referido a deseos y sentimientos que pueden existir dentro de nosotros sin que nadie más lo sepa. El carácter se centra en particular en el aspecto duradero, «a largo plazo», de nuestra experiencia emocional. El carácter se expresa por la lealtad y el compromiso mutuo, bien a través de la búsqueda de objetivos a largo plazo, bien por la práctica de postergar la gratificación en función de un objetivo futuro. De la confusión de sentimientos en que todos vivimos en un momento cualquiera, intentamos salvar y sostener algunos; estos sentimientos sostenibles serán los que sirvan a nuestro carácter. El carácter se relaciona con los rasgos personales que valoramos en nosotros mismos y por los que queremos ser valorados. ¿Cómo decidimos lo que es de valor duradero en nosotros en una sociedad impaciente y centrada en lo inmediato? ¿Cómo perseguir metas a largo plazo en una economía entregada al corto plazo? ¿Cómo sostener la lealtad y el compromiso recíproco en instituciones que están en continua desintegración o reorganización? Estas son las cuestiones relativas al carácter que plantea el nuevo capitalismo flexible."
Mas adelante Sennet añade:
" Si el mundo fuera un lugar feliz y justo los que disfrutan de respeto devolverían por igual la consideración que se les tiene. Asi pensaba Fichte en los Fundamentos del Derecho Natural donde hablaba del efecto recíproco del reconocimiento; pero la vida real no actúa con tanta generosidad".
Reconozcamos a quien nos ha reconocido y nos ha ayudado a enriquecernos. Reconozcamos a nuestros semejantes. Tengamos carácter.
Un saludo Imanol.
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