Hoy ha vuelto ha casa Nastia, nuestra golondrina de Ucrania.
Con ella lo han hecho los tres centenares de niñas y niños de Chernobil que han pasado dos meses del verano con casi otras tantas familias vascas.
Como las golondrinas, llegan a finales de junio y vuelan de regreso cuando está a punto de finalizar agosto. Sin ellas y ellos los veranos no serían lo mismo.
Es admirable el trabajo que desde 1996 viene realizando la Asociación Chernobil Elkartea para que estas estancias sean posibles.
En dos palabras: solidaridad internacional.
1 comentario:
Gracias Imanol, de parte de toda la Asociación.
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