martes, 4 de agosto de 2009

Fotos de presos: la clave está en las víctimas

Interior mantendrá la retirada de símbolos de ETA en las fiestas de las tres capitales
Ordena a la Ertzaintza que cumpla la ley con actuaciones«proporcionadas»

La iniciativa -por fin- del Departamento de Interior del Gobierno vasco de combatir la exhibición de simbología etarra o filoetarra en las calles de Euskadi se ha topado con la cuestión de las fotos de miembros de ETA.
Reclamar el fin de la dispersión o la excarcelación de presos enfermos es lícito. ¿Y hacerlo colocando fotos de presos en lugares públicos?
La ley dirá, pero la sensibilidad más básica dice que tales fotos no deberían estar en nuestras calles.
De la foto hacia adentro cada indidividuo juzgado y condenado por pertenecer a ETA es una historia personal y compleja. Sus motivaciones han podido ser estrictamente políticas, al igual que sus objetivos. Sus acciones deberán ser interpretadas prestando atención a esas motivaciones, si se quiere. Desde esta perspectiva, los presos de ETA no pueden confundirse sin más con otro tipo de criminales.
Pero de la foto hacia afuera un preso de ETA condenado por asesinato no se diferencia en nada de cualquier otro preso condenado por el mismo motivo. La visión de una foto de Txeroki en una calle es igual de ofensiva para sus víctimas que lo que sería la exhibición de fotos de los asesinos de Sandra Palo o de Marta del Castillo.

3 comentarios:

Rubín de Cendoya dijo...

Imanol, hay una ley que obliga a todos los alcaldes a mantener el ornato público. Sólo con esa bastaría para sacar de la vía pública el 99% de los carteles.

Esa debieran cumplirla los señores alcaldes nacionalistas y los demás sin necesidad de consultar con la junta de seguridad.

Eso que dices de que en función de los fines unos asesinos son distintos de otros no acabo de pillarlo.

Tengo leído algo sobre los medios que contaminan los fines, pero no lo entiendo así de tu artículo y creo que tampoco viene en el código penal.

Saludos

Zubero dijo...

Hola Rubin de Cendoya. Lo de los fines distintos me parece bastante evidente, aunque nos repugne. Ellos aducen fines políticos. Que sus asesinatos son distintos de los que pueda cometer la delincuencia común lo prueba la distinta legislación que se les aplica (ley antiterrorista, ley de partidos) y hasta la distinta instancia que los juzga (Audiencia Nacional).
En todo caso, a mi lo que me interesan no son ni sus distintas motivaciones (pervertidas en todo caso como tu bien dices por los medios que usan) ni el ornato público. Me interesan las víctimas, ofendidas por la exposición pública de las fotos de sus victimarios.
Un saludo cordial.

Rubín de Cendoya dijo...

De acuerdo, lo entendí al revés; es cierto que cada uno mata por una cosa, hay incluso quien lo hace por "vicio", lo que no acabo de ver es por qué se les deben asignar distintos derechos.

Eso de que un penado por violencia de sexo (perdón, de género) y otro por terrorismo hayan de tener distinto tratamiento se me escapa. Aunque cada cual haya infringido una ley distinta.