viernes, 21 de julio de 2023

Los boys club

Martine Delvaux
Los boys club: Por qué los hombres siguen dominando el mundo
Prólogo de Noelia Ramírez
Traducción de Lara Cortés Fernández
Península, 2023

"Mil y una maneras de expulsarnos del espacio público, cuando no incluso del espacio privado. De invisibilizarnos, en sentido real o figurado. De borrarnos. Este es el efecto que tienen los boys club en nuestras vidas: de un lado, su admirable universalidad, su neutralidad, sus privilegios. Del otro, nuestra especificidad -juzgada como mediocre-, nuestra subjetividad, las migajas que nos lanzan. De un lado, su sobrerrepresentación. Del otro, nuestra desaparición organizada" .


Hace dos años, comentando el libro de Reni Eddo-Lodge
Por qué no hablo con blancos sobre racismo, destacaba la manera en que esta ensayista británica desvela el carácter estructural del racismo, "imbricado en el tejido de nuestro mundo" para mantener el "privilegio blanco", que la autora define como "la ausencia de las consecuencias negativas del racismo". El libro de Martine Delvaux bien podría haberse titulado "Por qué no hablo con hombres sobre patriarcado y sexismo". En un mundo estructuralmente patriarcal, el privilegio masculino, ese disfrute naturalizado, irreflexivo, de la ausencia de las consecuencias negativas del sexismo, hace que los varones tengamos inmensas dificultades para, simplemente, escuchar a las mujeres cuando intentan comunicarnos sus experiencias; con permiso de Eddo-Lodge, el libro de Delvaux podría haber incluido, con las modificaciones indicadas, este párrafo:

"He dejado de hablar con blancos hombres sobre racismo sexismo. No con todos ellos, pero sí con la amplia mayoría que rechaza aceptar la legitimidad del racismo sexismo estructural y sus síntomas. No puedo seguir enfrentándome al abismo de la desconexión emocional que las personas blancas los hombres exhiben cuando una persona de color mujer articula su experiencia. Su mirada se apaga y se endurece. Es como si alguien echara melaza en sus oídos y bloqueara sus canales auditivos. Es como si ya no pudieran oírnos".

Porque este es, también, el objetivo del libro de Martine Delvaux: desvelar la falsa naturalidad (en realidad es pura estructura social) con la que la masculinidad produce y reproduce un mundo de y para los hombres que exige un ejercicio permanente de dominación (minusvaloración, invisibilización, violencia simbólica, institucional, sexual y física) sobre las mujeres:

"Constatamos la ausencia de las mujeres, reflexionamos sobre la manera en que se las ha borrado o dominado, humillado, sacrificado... pero ¿somos capaces de reflexionar sobre la omnipresencia masculina? ¿Sobre aquello que Virginia Woolf calificaba del «poder hipnótico de la dominación» y que podríamos definir como la situación de hecho de la camaradería entre los hombres? Un espacio de exclusión tan amplio, tan extendido, tan generalizado y tan habitual, en suma, que pasa desapercibido".

Para analizarlo, la autora utiliza la referencia del boys club no tanto como una institución o un espacio concretos cuanto un "dispositivo", es decir, como una red o un entrecruzamiento de discursos, ideas, instituciones, espacios, leyes, prácticas cotidianas, imaginarios, conductas, que sustenta unas determinadas relaciones de poder y de saber. Porque lo que Martine Delvaux busca con su libro no es analizar las expresiones más evidentes de este dispositivo (instituciones como el ejército o la Iglesia, espacios como las sociedades gastronómicas o las fraternidades universitarias, o ciertos ámbitos laborales y deportivos) sino su dimensión más subterránea: "aquella en la que el boys club es invisible, en la que para desapercibido; aquella en la que todo nos incita a no verlo".

El resultado es un libro que se lee como una ágil crónica del mejor periodismo crítico, pero cargada de teoría y de referencias científicas. Hay que leerlo.

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