martes, 15 de diciembre de 2020

Imposible

Erri de Luca
Imposible
Traducción de Carlos Gumpert
Seix Barral (Planeta), 2020

"Sabes que la acusación es la de haber arrojado al vacío desde un sendero a un camarada de lejanas luchas políticas que acabó convertido en delator. En aquellos tiempos fuimos amigos. Se acostumbraba a decir 'uña y carne', pero a él la expresión no le bastaba, porque la uña es superficial. Decía que éramos como 'carne y sangre'".


Son muy escasas las obras en las que Erri de Luca hace referencia a su pasado como militante político. No se esconde cuando le preguntan por esa etapa de su vida en muchas entrevistas [El País, 3/07/2004; Minerva, nº 12, 2009; El Cultural, 15/01/2010], pero es algo que no aparece como temática en sus historias:

"Fui revolucionario a tiempo completo todo el decenio de los setenta. Milité en Lotta Continua hasta 1976, y cuando acabó me hice obrero y seguí solo. Fue la herencia del tiempo, y hoy lo veo con lealtad. No me gusta la nostalgia, pero soy leal con las razones de aquel tiempo. Pienso que aquel hombre joven que fui reconocería en mí a la continuación de sí mismo. Quiero pensarlo" [El País, 25/04/2009].

El de Luca militante (de ayer y de hoy) sí aparece con claridad en ensayos como La palabra contraria (Seix Barral, 2015), Du sentiment de justice et du devoir de désobéir, en el que conversa con José Bové y Gilles Luneau, Gilles (Indigène editions, 2016) y en la novela gráfica L'ora X. Una storia di Lotta Continua, firmada junto con Cosimo Damiano Damato y Paolo Castaldi (Feltrinelli, 2019). También en el maravilloso libreto Quijote y los invencibles (Círculo de Bellas Artes, 2016; traducción de Alessandra Piccone y Ana Useros), base del espectáculo del mismo título representado por el escritor junto con el cantautor Gianmaria Testa y el clarinetista Gabriele Mirabassi (puede verse aquí), así como en su poesía, como en el poema titulado "Los enfurecidos":

“Hoy estamos desentonados, 
si alguien nos insulta ponemos media sonrisa, 
pero no con los ojos, 
los ojos van a mirar a su garganta, 
si nos insultan dos veces sonreímos 
hasta que aquello termina, 
pero cien años de espalda doblada 
no nos han enseñado a lamer la mano”.

Tal vez la excepción entre sus obras de ficción sea El contrario de uno (Siruela, 2005/Seix Barral, 2019, traducción de Carlos Gumpert), en los relatos titulados "Viento en la cara" -"Continuaste porque continuaba y se endurecía con los años, tomaste parte en refriegas, en muchas, porque la multitud de los insubordinados aumentaba y a la gente como tú le correspondía responsabilizarse de ellos, de quienes llegaron después"-, "La camisa en la pared" -"Acaecía el año mil novecientos sesenta y nueve, más duro y largo que la añada de prueba sesenta y ocho. Algunos jóvenes empezaban a pensarse a sí mismos según las biografías de los revolucionarios de principios del siglo XX. Éramos muchos los que aprendíamos el llanto artificial de los gases lacrimógenos, el zipizape de las cargas, los golpes y el ridículo transporte en jaulas de pollos, los coches celulares"-, "Anuncio jamás enviado" -"Porque felicidad para nosotros ha sido un barrio insurrecto de repente a nuestro lado y a nuestro alrededor"-, "Vino" -"A mi alrededor piafaban las revueltas callejeras y me engullían. Junto a otros muchos aparecidos todos a la vez era prensado como uva en la añada indecente y decisiva de mil novecientos sesenta y nueve"- y el conmovedor "La falda azul" -"La nuestra era la primera generación de Europa a la que a sus dieciocho años no se la cogía por el morrillo y se la arrojaba a una guerra contra otra juventud declarada enemiga. Era la primera que se sacudía de encima las consecuencias desastrosas de la palabra patria. Por ello éramos patriotas del mundo y nos inmiscuíamos en sus guerras. En gran parte de nuestras octavillas estaba escrito el nombre de un lejano país de Asia: Vietnam"-.

En este su último libro, Imposible, Erri de Luca vuelve a reflexionar sobre aquellos anni di piombo a través del tenso interrogatorio de un joven juez, para quien aquella época es historia lejana, y un viejo militante acusado de asesinato. Lo hace con la económica elegancia característica de su escritura, construyendo un relato tan hermoso en su forma como desasosegante en su fondo. ¿Cómo recordar e interpretar un pasado que, en palabras del protagonista, "está bien así, mudo e hincado como un clavo en la madera"?

Una obra maestra.

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