Ayer salí del aparcamiento de Pino Llano (1.341 m.) a las 8:20 siguiendo la amplia pista que lleva hasta la cascada de Mazobre. Unos metros antes del mirador, un estrecho sendero (no señalizado) lleva hasta la cascada superior y termina en la amplia Majada Cimera (1.750 m.), a donde llegué a las 9:00. Desde aquí, ya sin camino evidente, subí entre las escobas (o retama) hasta la lagunilla de Mazobre, con su colonia de tritones alpinos (1.856 m., 9:30 h.). En esta ocasión fui acertando en los pasos y llegué sin demasiados arañazos en las piernas.
Desde la lagunilla, atravesando unos empinados canchales gracias a los trazos de senda que van haciendo los ciervos y los rebecos, se llega hasta el collado Mazobres (2.010 m., 10:10 h.). Desde aquí, una corta subida llega hasta la cumbre del Alto de la Hoya de Martín Vaquero (2.112 m., 10:30 h.). Tras un plátano y algunas fotos, vuelta al collado para recorrer el cordal que, siempre en dirección al imponente Espigüete, lleva hasta el collado de Arra.
Subiendo y bajando, a veces por sendero marcado, otras evitando de la mejor manera posible las manchas impenetrables de escobas, se pasa por el Cutulillos o Alto de Arra (2.041 m., 11:10 h.) y se llega al Alto del Collado de Arra (2.034 m., 11:35 h.). Continuando un poco más nos pondremos bajo la cresta noroeste del Espigüete, una de sus vías menos frecuentadas.
De vuelta al collado, el descenso hasta la senda de Mazobre es vertiginoso y evidente, pues transcurre pegado al caos de piedra que constituye la base del Espigüete por su espectacular cara norte. Se pasa junto a la Sima del Anillo, regresando al aparcamiento de Pino Llano a las 12:48 h.
Preciosas vistas y abundantes encuentros con la fauna de la montaña.
Subiendo por la senda de Mazobre.Cascada de Mazobre, sobre ella la Majada Cimera y, coronándolo todo, los Altares de Mazobre.
Llegando a la cascada superior de Mazobre.
Cascada superior, mucho menos visitada pero tan preciosa como su turística hermana.
Majada Cimera.
Atrás queda la cara norte del Espigüete.
Subiendo entre las escobas hacia la lagunilla.
Al mover una piedra para componer un hito descubro una diminuta cría de salamandra, que me apresuro a cubrir de nuevo.
Lagunilla de Mazobre, con sus habitantes más ilustres, los tritones alpinos.
Ahora toca subir hasta el collado y, desde allí, al Alto de la Hoya de Martín Vaquero.
Alto de la Hoya de Martín Vaquero.
El Pico Murcia, desde la cumbre.
Mirada al valle de Mazobre, por el que he ascendido.
Este es el cordal que queda por hacer.
Alto de la Hoya de Martín Vaquero, desde el Cutulillos.
Continuando hacia el Alto del Collado de Arra.
Alto del Collado de Arra.
Desde el collado de Arra, por donde luego descenderé hacia Mazobre, continuo un poco más hasta el espigón noroeste del Espigüete.
Vistazo hacia el cordal recorrido.
Camino de descenso.
Cara norte del Espigüete.
Todas las criaturas, grandes y pequeñas...
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