domingo, 23 de febrero de 2020

Uno nuevo en Sierra Salvada

Ayer comida de carnaval: ensalada, manos de cerdo con salsa vizcaína (patas) y tostadas.

 

Hoy, cuaresma anticipada.
A las 8:25 he empezado a caminar tras dejar el coche un kilómetro después de Salmantón (425 m.).
He entrado a Sierra Salvada por el portillo de Atatxa (1.000 m.), desde donde he subido a El Somo (1.170 m.), segunda cima en altura de la Sierra tras el Eskutxi, a la que nunca antes había ascendido., tal vez por encontrarse en el interior. No hay camino claro, pero no tiene pérdida.
Desde El Somo he regresado al portillo de Akatxa para subir a Ungino (1.099 m.) y desde aquí, siguiendo la línea de cortados, pasar por Eskutxi (1.185 m.) y Peña de Aro (1.133 m.), regresando a Salmantón por el portillo de Aro (990 m.). A las 13:00 horas he llegado al coche. Unos 16 kms. en total.
Aunque hacía frío por la mañana (llegando a Arespalditza el termómetro marcaba 1ºC) y he salido de casa con mucha niebla, nada más empezar a caminar el día ha despejado, prácticamente primaveral: de hecho, ha sido la primera ocasión en que he usado pantalón corto.
Ya empiezan a brotar las yemas de árboles y arbustos, las campas se van cubriendo de flores y los trinos de los pájaros son una melodía constante en el bosque. He visto camachuelos, chochines, carboneros y herrerillos.
Una travesía más que recomendable.

Llegando a Salmantón: a la izquierda Ungino, a la derecha Eskutxi,
 Atravesando Salmantón, una pista avanza 1 km. hasta llegar a un cruce señalizado desde donde parte una pista que llega hasta Orduña. Es un buen sitio para dejar el coche.Nada más coger la senda se divisa la proa del Ungino. Se trata de seguir la pista, ancha y con tramos muy embarrados, sin abandonarla hasta llegar a un cruce señalizado (el segundo que encontraremos) justo bajo la mole de Ungino.
 
 
 
 
 
 
 En este punto se deja una barrera a la izquierda y se abandona la pista por la derecha. Hay que seguir la pista, que asciende ganando en desnivel, sin hacer caso de una señal en un pino que nos indica lo contrario.
 
 Con Ungino al frente, se llega a un pequeño plano donde la pista termina y se coge un sendero que sale por la derecha, marcado por algunos hitos.
 
 
 Este sendero, que lleva directamente hasta el portillo de Atatxa, es uno de los caminos más bonitos que podemos recorrer en las montañas vascas.
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 
 Llegando al portillo.
Desde el portillo, hacia la derecha el Ungino.
Al frente, la loma que lleva hasta El Somo.
 
 El camino está coloreado por la flora de montaña.
 
 
 
 
 
Cumbre de El Somo.
 Descendiendo hacia elportillo de Atatxa la proa del Ungino se muestra en todo su esplendor.
 
 El colmillo del Tologorri.
 Desde el portillo toca subir al Ungino, pasando junto a su espectacular ojo.
 
 
 El Somo, desde Ungino.
 Desde la cumbre de Ungino hay que descender hasta el portillo de las Escalerillas y continuar hasta el Eskutxi, siempre cerca de los imponentes farallones de Salvada.
 Portillo de las Escalerillas.
 
 Este no es el Eskutxi.
 Este sí.

 
Hay que continuar hasta Peña de Aro, disfrutando de las vistas del valle de Aiala y pasando junto a otra posible cumbre, cuya denominación desconozco.
 
 
 Peña de Aro. Tanto en el buzón del Eskutxi como en el del Aro he recogido sendas tarjetas de mendizales del Baskonia Mendi Taldea, depositadas en días distintos por dos peronas distintas. Parece que en el Baskonia tienen especial afición por esta zona. No me extraña.
 
 Un vistazo hacia el Eskutxi.
 Gallarraga, Ganekogorta y Pagasarri.
 Eretza.
 Castro Grande y Diente del Ahorcado.
 Urieta, desde Peña de Aro.
 Portillo de Aro, con el monumento dedicado a San Vitores, donde se celebra una concurrida romería el primer sábado de septiembre.

El descenso se realiza siguiendo una amplia pista, asfaltada en algunos tramos.
 
 
 
 
 La vida vuelve a bullir tras el invierno. También he visto lagartijas y mariposas.
 
 
 
 
 Qué lejos se ve el Ungino
En todos los cruces hay que coger dirección a Oletar y/o Orduña.
 
 

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