Pero aún no tengo que recurrir a la estrategia de autoengaño de Dino Buzzati; reconozco y acepto mis limitaciones:
"Y no es que me sienta cansado, o enfermo, o viejo, figúrense.
Siempre en forma, como entonces, ¿hace falta afirmarlo?, aunque hayan pasado setecientos años.
Sois vosotras, montañas de la Pale, las que no sois las mismas.
De unos años a esta parte habéis cambiado. ¿Por qué?
¿Por qué os habéis vuelto tan grandes, tan altas, que ya no se consigue llegar a vosotras? ¿Por qué os habéis vuelto tan escarpadas? ¡Es absurdo! Y cuando de acerca uno al ataque, ¿no falta el aliento? ¿Quién puede tener verdaderos deseos de escalaros, sino un loco?" (LOS INDÓMITOS DE LA MONTAÑA. Gallo Nero, 2016, p. 267).
Al salir de Cardaño (1.440 mts.) el termómetro marcaba 13 grados, cuando en agostos anteriores lo normal es que a esas horas se registren entre 5-8 grados. El aire se notaba ya cálido. Avanzando por el valle de Valcabe, el Pico Murcia recibía ya las primeras caricias del sol.
Sin adentrarme mucho en el valle, enseguida he girado para encontrarme con el arroyo Hontanillas, ascendiendo por el valle al que da nombre por el denominado Camino de San Lorenzo (ya hemos hecho referencia a este camino y a la romería que por él discurre aquí y aquí).
Al medio camino, el valle se abre y nos encamina hacia un collado sin nombre (al menos en los mapas), a 2.023 mts de altitud.
Desde el collado tenemos una excelente vista de las dos cumbres del día: a la derecha, Peñas Malas (2.282 mts), a la izquierda Pico Murcia (2.351 mts).
También he sacado una panorámica: a la izquierda de todo, asoma Espigüete; a la derecha, el Pico las Guadañas; en medio, Pico Murcia y Peñas Malas.
Mientras subo desde este collado hasta el Alto del Camino a Cardaño (2.143 mts), conexión entre Palencia y Cantabria, me cruzo con una nutrida manada de rebecos.
Ya en el Alto, me encamino hacia Peñas Malas.
Me encanta esta montaña. Cuando te vas acercando parece inexugnable, pero luego permite una subida muy segura, aunque con precaución, por su pendiente y porque siempre nos acompaña una sensación de abismo a los dos lados. Sobre todo, cuando se cruza su hermosa crestería.
Al final de la crestería, el Pico Murcia nos espera. Pero aún tendremos que perder altura, hasta el collado de Peñas Zahurdias (2.125 mts).
Desde Peñas Zahurdias el Murcia parece haberse alejado. Además, ahora hay que recuperar esos 250 mts que hemos descendido. No corre ni un soplo de aire, y las piernas empiezan a protestar. Pero...
Cumbre del Murcia.
Descendiendo por el camino normal al Pico Murcia, una última mirada a Peñas Malas.
Y ya en el valle de Valcabe, regresando a Cardaño de Arriba, digo adiós al Murcia.
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