domingo, 11 de enero de 2015

Defender el hogar del mundo entero


En 1949 el periodista y escritor Elwyn Brooks White publicó en la revista Holiday un ensayo titulado "Here is New York", publicado en castellano en 2003 por la editorial Minúscula. En las páginas finales, White escribe lo siguiente:

“El cambio más sutil que ha experimentado Nueva York es algo de lo que la gente no habla demasiado pero que está en la imaginación de todos. La ciudad, por vez primera en su larga historia, se ha vuelto vulnerable. Una escuadrilla de aviones poco mayor que una bandada de gansos podría poner fin rápidamente a esta isla de fantasía y quemar las torres, derribar los puentes, convertir los túneles del metro en recintos mortales e incinerar a millones. La intimidad con la muerte forma parte ahora de Nueva York: está en el sonido de los reactores en el cielo y en los negros titulares de la última edición. 
Todos los habitantes de las ciudades deben convivir con la testaruda evidencia de la aniquilación; en Nueva York dicha evidencia se concentra aún más, debido a la propia concentración de la ciudad y porque, de entre todos los blancos, Nueva York tiene una prioridad firme y clara. Nueva York debe de ejercer un atractivo irresistible sobre la imaginación de cualquier soñador perturbado que desee desatar la tormenta [...].. 

Esta carrera -la carrera entre los aviones destructores y el batallador Parlamento del Hombre está en la imaginación de todos. La ciudad por fin ilustra a la perfección tanto el dilema universal como la solución general; esta paradoja de acero y piedra es al mismo tiempo el blanco perfecto y la perfecta demostración de la no violencia y la hermandad racial; este blanco airoso que rasca los cielos y se encuentra a mitad de camino con los aviones destructores, hogar del mundo entero y de todas las naciones, capital de todo, alberga las deliberaciones que detendrán a los aviones e impedirán su vuelo...”

Con esa referencia al "batallador Parlamento del Hombre" el autor se está refiriendo al edificio de las Naciones Unidas que se estaba construyendo por entonces en la ciudad.

United Nations during constructionin 1949.

Fotografía: Daily News 

Publicado, recordémoslo, en 1949, estas páginas fueron muy citadas tras los atentados contra las Torres Gemelas del 11 de septiembre de 2001. Las razones son obvias.
Pero a mi me interesa más hoy fijarme en lo que el texto de White tiene de reivindicación de la ciudad diversa, cosmopolita y, sin embargo, convivencial. Como escribe en otro momento:

"La colisión y la mezcla de tantos millones de personas nacidas en el extranjero y que representan tantas razas y credos diferentes convierten Nueva York en un ejemplo permanente del fenómeno de un mundo único. Los ciudadanos de Nueva York son tolerantes no sólo por inclinación sino por necesidad. La ciudad ha de ser tolerante o estallaría en una nube radiactiva de odio y rencor y fanatismo".



Esa misma experiencia de convivencia en la diversidad se refleja también en la novela del nigeriano-americano Teju Cole Ciudad abierta, publicada por Acantilado. Ubicada igualmente en Nueva York, en un momento de la novela el protagonista, un joven psiquiatra de origen nigeriano que trabaja en un hospital de la ciudad, conversa con Faruk, responsable de un concurrido locutorio:

"[...] Entró una clienta. Faruk la saludó con un Ça va? La mujer respondió: Alhamdulillah. Esto está muy concurrido, ya ves. No sólo de gente que envía saludos de Año Nuevo, muchos llaman a su casa por el Eid. Hizo un gesto hacia la pantalla que tenía detrás, con el registro de las llamadas de las doce cabinas en aquel momento: Colombia, Egipto, Senegal, Brasil, Francia, Alemania. Parecía de novela que un grupo de gente tan pequeño pudiera llamar a un espectro de países tan amplio. Viene siendo así desde  hace dos días, dijo Faruk, y es una de las cosas que me gustan de trabajar aquí. Es una prueba de lo que creo: la gente puede vivir junta sin dejar de mantener intactos sus propios valores. Ver tal cantidad de individuos de sitios diferentes me toca la fibra humana y la intelectual. 
[...] Creo a rajatabla en eso, que la gente puede vivir junta, y quiero entender cómo hacerlo posible. Pasa aquí, en esta tienda, a pequeña escala, y lo que quiero es entender cómo puede pasar a una escala mayor".

White fue uno de los más destacados y representativos colaboradores de la revista The New Yorker. Precisamente, esta publicación ha querido homenajear a los mártires de Charlie Hebdo en su último número con una hermosa portada de la ilustradora española Ana Juan..De Nueva York a París: defender la vida en común, hacer de cada ciudad el hogar del mundo entero.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Un faro..
Eskerrik asko.

MIKEL dijo...

Muy bueno,Imanol.
Ya se que Otxarkoaga no es Nueva York,es mejor,pero lo que se describe en el locutorio es la imagen de cualquier barrio de emigración:diversidad,convivencia,solidaridad,acogida,superación,esfuerzo,alegría(en versión positiva,también tiene su lado oscuro,pero ese ya nos lo restriegan por la cara a menudo. Así seria siempre que no nos dejemos llevar por intereses ajenos a los nuestros.Manipular los sentimientos identitarios es,desgraciadamente,muy fácil.
Lo difícil es saber cuales son los nuestros,nuestros intereses.Lo común,o procomún ,que se dice ahora.¡Espabilemos!El mundo se ha convertido en un gran barrio de emigrantes.