"No es una revolución, majestad, es una mutación". El conocido graffiti del 68 parisino nos viene al pelo para analizar la situación del PSOE tras (aunque no debido a) las elecciones autonómicas de Euskadi y de Galicia. "No es un ciclo político-electoral malo, compañero secretario de Organización, es una mutación".
Y es que resulta patético escuchar a Oscar López afirmar que la dirección actual del PSOE "seguirá con su oposición útil hasta el final". ¿Oposición útil? ¿Útil para qué? ¿útil para quienes? ¿Qué ha conseguido esta oposición? No ha impedido un solo desahucio, no ha parado la reforma laboral, no ha construido una propuesta federalista que permita enfrentarse a los nacionalismos ego-periféricos sin recurrir al nacionalismo cutre-español, no ha imaginado una alternativa de política económica que vaya más allá de ocurrencias social-liberales que pueden dar para un interesante debate académico, pero no para un proyecto emancipador, no ha permitido detener la pérdida de confianza del electorado tradicionalmente propio, se ha mostrado incapaz de conectar con una sociedad activada por la indignación y movilizada por el cambio... No ha conseguido nada, con el agravante de que enfrente tiene (tenemos) al peor PP de la historia, con su peor líder, gobernando en la peor coyuntura imaginable. Pues ni por esas.
¿Que la socialdemocracia europea en general y la española en particular decide convertirse en un catch-all-party, en un partido que compite por el caladero del centro? A mí me parece un error, pero si esa es la opción, si el PSOE deja de ser un partido-ideología y se convierte en un partido-empresa, lo menos que se puede exigir es que actue como tal, y que por lo tanto sus dirigentes evaluen su desempeño con una cierta autoexigencia según el "cacho" electoral que pillen. Y el gráfico de "ventas" hace ya mucho tiempo que es como para echarse a temblar, primero, y a actuar, inmediatamente después.
Pero según parece, no pasa nada. Dos de cuatro no es más que la mitad, viene a decir el secretario de Organización. ¿Y dos de cinco, sumando Cataluña?
Lo que le ocurre al PSOE no es que se encuentre ante un ciclo electoral negativo. Es mucho más grave: por un lado, pierde a su electorado tradicional; por otra, es claramente rechazado por su electorado potencial. Y aquí hay un problema de organización, compañero secretario de Organización. De una organización que sólo comunica hacia adentro porque sólo se interesa por los problemas de quienes están dentro. Releamos a Michels, aunque sea en versión resumida.
Aunque una ley electoral bipartidaria y una izquierda a su izquierda atomizada puedan mantener durante un tiempo la ficcción de ser alternativa de gobierno al PP, el PSOE se asoma peligrosamente al abismo de la irrelevancia política.
Y la próxima semana... ¡hablaremos del PSE!
4 comentarios:
No es cosa de dirigentes, es cosa de principios. Y los principios del PSOE, resucitado en los 70 para evitar el posible peso de la izquierda española a la muerte de Franco, son los que sustentan este Sistema: el capitalismo, la desigualdad.
ackpect¿Y como explicamos el fracaso del pce y el fiasco de Iu de Madrazo?
El problema con los principios es que si los colocamos como clave desde el principio, no hay forma de seguir analizando la situación. Yo también creo que en el fondo nos encontramos ante un problema de principios (de valores, de coherencia), pero me gustaría disponer de un poco más de espacio para manejar otras variables más fácilmente objetivables, evaluables y, tal vez, reformables.
En cuanto al PCE y a EB... Creo que comparten esa misma característica de organizaciones viejunas, cerradas, que tratan a la sociedad como correa de transmisión. Y luego hay factores más específicos: la tradicional cultura cainita del PC; la forma de actuar de Javi Madrazo, una persona que tiene unas capacidades sobresalientes como organizador y activador de iniciativas, pero que acaba provocando situaciones del conmigo o contra mi(no es de ahora, hizo exactamente lo mismo cuando estaba en Gesto por la Paz).
Hoy viernes, Griñan en la ser, entre otras cosas ha dicho (cogido al vuelo):
"Nos equivocamos al aprobar la reforma de la constitución, hemos favorecido la especulación financiera. Hay que reconocer que nos equivocamos"
No, no fue una equivocación; como tampoco fue una equivocación la legislación y normativa que permite los desahucios y el mantenimiento de la deuda.
Fue colaboración necesaria.
Enhorabuena por no colaborar.
Salud y República
JaviC
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