No alcanza la agónica intensidad de su anterior novela, la excepcional El poder del perro, pero Don Winslow vuelve a ofrecernos una historia que nos atrapa en un laberinto de traiciones y lealtades insobornables, donde la ficción y la crónica histórica se entremezclan, con unos personajes tan ambiguos moralmente como ambiguas resultan ser las situaciones en las que se ven envueltos.
Todo ello aderezado con aceradas piezas de crítica social: "¿Cuántas personas tienen que morir -se preguntó Frank- para que la gente guapa siga siendo guapa?".
O esta otra, cuando hoy conocemos un nuevo fraude hipotecario en EE.UU.:"Frank supo más adelante -igual que el resto de los imbéciles- que la industria de ahorro y préstamos fue el mayor tongo de la historia y que eclipsaba todo lo que cualquier mafioso hubiese logrado montar jamás. El chanchullo funcionaba de esta manera: Garth y los demás tíos de la sociedad conseguían operaciones de ahorro y préstamo, se hacían préstamos sin garantías a ellos mismos y a sus socios, a través de empresas fantasma; después dejaban de pagar los préstamos y vaciaban a la sociedad de ahorro y préstamo de todo su activo".
O como la terrible nota que la policía incorporaba a sus atestados cuando aparecía el cadáver de una prostituta: "No se han registrado víctimas humanas".
El gatito viene incluido al comprar El invierno de Frankie Machine, para relajar nuestra tensión acariciándolo mientras seguimos su historia.
No, esto último es broma.
La de la foto es Katutxo. La encontramos subida en un árbol, después de escuchar sus maullidos durante horas.
1 comentario:
parece que os ha aumentado la familia; toca mimarla, disfrutarla y que sea feliz.
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