domingo, 19 de julio de 2009

Ay Nicaragua, NIcaraguita


Fue nuestro Vietnam, pero infinitamente más hermoso.
Con Tomás Borge rechazando la pena de muerte en presencia de sus torturadores.
Con Ernesto Cardenal, que pasó de Solentiname al Ministerio de Cultura sin abandonar el territorio de la poesía.
Fue la reivindicación de una Revolución Cubana que se habia quedado a medio camino.
Revolución, por fín, de rostro humano.
Fue la primavera de la emancipación, en julio.
Fue descubrir al auténtico Carlos Mejia Godoy de los perjúmenes en las hermosas letra y música de su Nicaragua, Nicaraguita:

Ay, Nicaragua, sos mas dulcita
que la mielita de Tamagas,
pero ahora que ya sos libre, Nicaraguita,
yo te quiero mucho mas

Hace 30 años escribí un largo poema sobre la Nicaragua recién liberada. Era 30 años más joven.
No sé dónde estará; si acaso se habrá extraviado definitivamente, como parece haberse extraviado la esperanza que aquel 19 de julio de 1997 amaneció en Managua.
Pero no, seguro que no.
Encontraré el poema, como Nicaragua se reencontrará consigo misma.
La lucha continua.

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