sábado, 14 de diciembre de 2024

Love Me Tender

Constance Debré
Love Me Tender
Traducción de Palmira Feixas
Alpha Decay, 2024 

"No entiendo por qué el amor entre una madre y un hijo no es exactamente igual que los otros amores. Por qué no pueden dejar de quererse. Por qué no pueden romper. No entiendo por qué no puede dejar de importarme, de una vez por todas, el amor, el amor fingido, todas las formas de amor, incluso ese, por qué debemos querernos por fuerza, en las familias y en todas partes, contárnoslo constantemente, los unos a los otros o a uno mismo. Me pregunto quién se lo inventó, de cuándo data, si es una moda, una neurosis, un toc, un delirio, cuáles son los intereses económicos, los fundamentos políticos. Me pregunto qué nos ocultan, qué quieren de nosotros con esa historia grandiosa del amor. Miro a los demás y solo veo mentiras y locura. ¿Cuándo vamos a abandonar el amor? ¿Por qué no es posible? Necesito saberlo. Me hago esa pregunta".


Con una prosa minimalista y directa, Constance Debré firma  una narración profundamente íntima y provocadora sobre la maternidad, la identidad, el sexo y la libertad personal. El libro sigue la vida cotidiana de la autora tras decidir abandonar su matrimonio y su vida burguesa para vivir abiertamente como lesbiana y reinventarse como artista. Esta decisión tiene consecuencias devastadoras en su relación con su hijo, tema central de la obra:
 
"Mi curro consiste en esperar, nadar y follar con mujeres.
Esperar a que salga el libro, a que avance el procedimiento judicial, a encontrar un poco de guita, a volver a ver a mi hijo. Esperar a que la cosa se calme, a que el universo se acostumbre, cicatrice, se recomponga. El universo a mi alrededor. No daré marcha atrás ni retomaré mi vida de antaño".

Como digo, un elemento fundamental del libro es el relato del proceso legal y emocional de perder la custodia de su hijo tras enfrentarse a un exmarido que la acusa de ser una madre inadecuada debido a su estilo de vida y orientación sexual. Un proceso terrible, durísimo ("la juez observa el tatuaje que me sobresale de la manga, me pregunta por qué estoy escribiendo un libro y sobre qué, por qué le hablé de mi homosexualidad a mi hijo"), que acaba con una sentencia en la que se le concede derecho a visita, una hora cada quince días, en un "espacio de encuentro" supervisado por "especialistas en la infancia"; una sentencia que es apelada por ella, pero cuya apelación no suspende la decisión, y una audiencia de revisión que no se producirá hasta dentro de dos años ("Dos años son mil años. Dos años es nunca jamás"). Este tema central del libro es abordado sin tapujos, mostrando la tensión entre el deseo de autonomía y las expectativas de dedicación absoluta hacia el hijo:
 
"Tiene ventajas, me dije a mí misma tras la muerte de mi madre. Lo mismo ocurre con la ausencia de un hijo. Porque la familia es un infierno. Porque te enloquece. Porque vivir demasiado cerca acaba generando odio".

En Love Me Tender Constance Debré aborda la sexualidad entre mujeres como un espacio de libertad, descubrimiento y resistencia, aunque despojado de idealizaciones románticas. Para la autora, el acto de amar y desear a otras mujeres no es solo una afirmación de su identidad, sino también un rechazo frontal a las normas patriarcales y burguesas que marcaron su vida anterior, abandonando la estabilidad sofocante de su matrimonio heterosexual y la vida acomodada para abrazar una existencia más auténtica, marcada por relaciones efímeras, encuentros casuales y el placer inmediato. Este enfoque fragmentado y libre hacia las relaciones refleja su rechazo al compromiso como una estructura que, según ella, encierra y limita. En todo caso, Debré no presenta las relaciones lésbicas como un refugio seguro o idealizado. En su narrativa, el deseo entre mujeres se muestra como algo crudo y directo, un impulso que la conecta consigo misma más que con las demás. Sus relaciones son fugaces, a menudo desprovistas de intimidad emocional profunda o compromiso duradero, lo que puede ser interpretado como una extensión de su búsqueda de autonomía total. Para ella, la sexualidad lesbiana es una forma de reapropiarse de su cuerpo y su vida, en contraste con las expectativas tradicionales que moldearon su matrimonio:
 
"Aprendo que puedo querer a cualquiera, desear a cualquiera, gozar con cualquiera, aburrirme con cualquiera, odiar a cualquiera, aprendo que hay muy poca diferencia entre querer y no querer, creo que no es tan grave, ¿por qué se supone que el amor y el deseo siempre deben ser algo más?, ¿por qué tantas historias?, me pregunto".

El título Love Me Tender, que evoca ternura y vulnerabilidad, contrasta con la manera en que Debré vive su sexualidad. La autora aborda el erotismo entre mujeres con la misma franqueza que usa para hablar de sus batallas legales o la pérdida de su hijo. Las escenas de deseo son explícitas y están narradas con un estilo seco y directo, lejos de cualquier intento de estetización o tabú. Es una sexualidad vivida sin vergüenza ni culpa, pero también sin ilusiones idealistas.Si bien hay momentos de conexión física intensa, su rechazo al amor romántico como ideal culmina en una visión de las relaciones sexuales pragmática, instrumental, demasiado parecida a la peor relación heterosexual. Sus parejas, sus conquistas, no tienen nombre: son "la joven", "la flaca", "las otras"... Esta postura puede resultar chocante, pero es coherente con su lucha por la libertad individual y su crítica a las construcciones tradicionales del amor y el compromiso: "[...] no he terminado de ocuparme de mí, que es el único asunto que me apasiona, que me lleva un montón de tiempo, que nunca es suficiente. [...] el amor es horripilante".
 
La historia no sigue una narrativa tradicional. Es un flujo de pensamientos, recuerdos y reflexiones en los que la autora desmantela conceptos como la maternidad idealizada, las expectativas sociales y el amor romántico, con un estilo seco y directo, con frases cortas que enfatizan la intensidad de las emociones que atraviesa. El lenguaje es introspectivo y, a menudo, brutalmente honesto. La autora no busca nuestra simpatía, más bien nos confronta con preguntas difíciles sobre lo que significa ser madre, amante y, sobre todo, individuo. Este minimalismo estilístico amplifica la sensación de alienación y desolación, pero también subraya momentos de epifanía.

La salvaje honestidad de Debré puede resultar incómoda, para mí lo ha sido; pero también es, en cierto modo, catártica.

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