domingo, 13 de octubre de 2019

Ética y superpoderes

Travis Smith
Ética y super-poderes
Traducción de Maia Figueroa Evans
Planeta, 2019

Este libro se sustenta en la premisa de que no son los superpoderes lo que convierte a los superhéroes en seres superiores, sino que es su naturaleza extraordinaria y sus cualidades inherentes las que les confieren su heroicidad y los convierten en dignos de alabanza.

El universo Marvel nunca me ha enganchado. Ni antaño, en su versión cómic (he sido más de Astérix y de Tintín) ni ahora, en su versión cinematográfica. En general, me aburre. No creo que sea por su marcado norteamericanismo, ya que la literatura y la poesía de ese país me encantan. Tampoco por su carácter fantasioso, pues la ciencia ficción y la literatura fantástica (desde Tolkien a George R. R. Martin) son dos de mis géneros favoritos.

En todo caso, reconozco que los numerosísimos superhéroes y superheroínas de Marvel, junto con sus innumerables adversarios, constituyen una especie de panteón pop, una versión moderna y popular del Olimpo.

El interés de este libro estriba, precisamente, en recurrir a este universo fantástico para reflexionar sobre la posibilidad de que diez de estos superhérones encarnen algunos dilemas éticos, de manera que puedan ser considerados "modelos dignos de admirar e imitar [...] en el contexto político y social de hoy en día". Todos varones y blancos, como es el universo Marvel original, a pesar de que "en los últimos tiempos ha habido personajes que han ganado popularidad porque queremos ver a  mujeres y a personas racializadas ejercer el poder".

Los personajes escogidos son Hulk y Lobezno, Iron Man y Linterna Verde, Batman y Spiderman, Capitán América y Míster Fantástico, Thor y Superman, confrontados dos a dos en la medida en que cada pareja encarna poderes, valores y actitudes distintas relacionadas con la fuerza bruta y la capacidad de ejercer la violencia, el poder de la tecnología, el compromiso con la ciudad en la que se habita, la elección entre vida activa y vida reflexiva, o la condición divina, sobrenatural.

Tras la evaluación de sus respectivas capacidades y actitudes, de sus poderes y comportamientos, sólo puede quedar uno como modelo ético. Y el ganador es... No estoy muy de acuerdo con la respuesta que da el autor. Tal vez porque también el libro es muy norteamericano. Yo hubiera elegido a otro.  

Sea como sea, el libro ofrece algunas reflexiones de interés para quienes se interesen por la formación en ética cívica, elaboradas a partir de un material que a casi ninguna persona joven le resulta ajeno, especialmente a partir de su conversión en blockbusters. Contribuciones útiles para pensar el tiempo que vivimos, y el que viene.


Hoy en día, hay gente con la esperanza de salvar el mundo a través de transformaciones tecnológicas cuyo resultado no es la salvación de la humanidad, sino su erradicación mediante una transformación o sustitución que se disfraza de remedio para los problemas de la concición humana. Otros opinan que se puede salvar el mundo con una transformación política, como si pudiéramos conseguir que todo el mundo fuese bueno con solo enderezar el sistema. [...]
Las historias de superhéroes me han enseñado varias cosas. En primer lugar, si un científico promete la paz y la felicidad para toda la humanidad mediante la aplicación de la tecnología, significa que es el malo. En segundo lugar, el gobierno global es para los supervillanos.
 

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