Cómo construir una barca
Traducción de Ramón Buenaventura
Seix Barral, 2019
Si te has enterado de lo que acabas de leer, será porque te dedicas a la construcción naval o porque has elegido mal tu oficio.
Buzarda, cuaderna, roblón, traca, roda, avellanar, trancanil, regala, alefriz, crujía, aparadura, codaste, dormido... Efectivamente, como reconoce el autor, "para construir un barco, antes hay que aprender un idioma nuevo". Y para leer un libro sobre cómo construir un barco... pues también. O casi.
Por más que lo he intentado, nunca he podido terminar Capitán de mar y guerra (Edhasa), la novela de Patrick O'Brian que da inicio a su famosa serie protagonizada por el capitán Jack Aubrey, de la Royal Navy. Y ello a pesar de lo que me encanta la película de Peter Weir Master and Commander, basada en sus historias. Pero el lenguaje marinero, esencial en las novelas, puede conmigo y me hace naufragar.
Sin embargo este idioma nuevo, esta jerga marinera, tan importante en el libro de Gornall como en los relatos de O'Brian, no ha sido un obstáculo para disfrutar de su lectura.
Cómo construir una barca no es un manual de carpintería de ribera. Se trata de una obra de difícil clasificación. Es una hermosa reflexión sobre la paternidad -"Lo más importante de todo es que he creado un navío para el amor de un padr, un regalo que sirva de inspiración a su hija y le recuerde los horizontes sin límites que le quedan por explorar"-, un reencuentro con una madre más que complicada -"No por primera vez en mi vida, pero sí por primera vez en relación con mi madre, experimenté una relación en el pecho que solo puede denominarse dolor de corazón"-, una reflexión sobre la capacidad de esfuerzo y autosuperación -"Cada tabla, desde la primera hasta la última, fue una confrontación absoluta ... Cometí todos los errores posibles una y otra vez. Tropecé repetidamente en todos los obstáculos potenciales. Pero tuve que seguir tropezando"-, una reivindicación de los saberes que atesoran tantos oficios hoy en declive -"Observar a un experto como Fabian mientras pone las tracas de una barca de madera al estilo de casco trincado es tener el privilegio de asistir a un ballet de colaboración entre el artífice y la naturaleza, una danza perfectamente coreografiada al ritmo de una canción antigua que resuena a lo largo de los siglos sin perder pasión"- ...
Y sí, claro que sí: también va del proceso de construir una barca. Un proceso complejísimo, nada que ver con el bricolage y el "hágalo usted mismo", aunque en algún momento parezca que nos enfrentemos a una versión particularmente compleja de las instrucciones para montar un mueble de Ikea: "En vez de las tracas anchas y de una sola pieza de Hjortspring y Nydam, ahora (con el barco Kvalsund) tenemos más tracas y más estrechas, compuestas de varias piezas". Pero ni siquiera en los momentos más complejos del proceso de construcción de la barca de Phoebe, como cuando el autor se enfrenta a la tarea de lograr que "la distancia vertical entre la parte inferior de la regla y la línea que marca el borde interno de la zona de contacto de veinte milímetros sobre la tabla fijada [le indique] la profundidad a que hay que cepillar el bisel del borde de la tabla", ha disminuido mi atención.
Una lectura que no es fácil, que exige una especial atención, pero que también reporta grandes satisfacciones. Algo así como construir una barca...
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