A pesar de su imponente silueta y de sus más que respetables 2.341 metros de altura, el Pico Murcia es, creo, una de las cimas menos visitadas de la Montaña Palentina. En el día de hoy calculo que habremos hollado su cima una docena de personas, el mismo número de montañeras y montañeros que puedes ver juntarse en la cima del Curavacas o el Espigüete durante el rato que dedicas a reponer fuerzas, disfrutar del paisaje y sacar unas fotos.
Y sin embargo, es una de las ascensiones que recomiendo a quien quiera tener una experiencia de alta montaña intensa, pero sencilla.
Desde la cumbre pueden verse los Picos de Europa, y desde el collado que separa la cima del Murcia de la cresta de las Cerezuelas se ofrece una excelente vista de la cara norte del Espigüete.
Hoy, mientras descendía, he podido ver que en el nevero que el invierno deja como recuerdo en ese collado se refrescaba un rebeco. Ya estaba lejos, pero creo que con un poco de atención puede distinguirse.
La verdad es que el calor apretada, y cruzarme con gente que encaraba los primeros repechos a eso de las 12 del mediodía me producía la sensación de sufrir mi calorina y la suya. El rebeco estaba mejor, mucho mejor.
Quien, sin ánimo o motivación para encaramarse hasta la cima, recorra el valle de Valcabe hasta su circo final, tendrá la ocasión para disfrutar de un escenario de alta montaña sin demasiado esfuerzo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario