sábado, 13 de agosto de 2016

Alto de la Hoya de Martín Vaquero: cascadas, rebecos y tritones

Poco a poco, la Montaña Palentina va recibiendo la atención que se merece.
La editorial palentina La Pedrera Pindia acaba de publicar el libro de David Villegas y Vidal Rioja Ascensiones en la Montaña Palentina, una utilísima guía de rutas circulares que nos permite descubrir rincones que, casi siempre, permanecen desconocidos a la sombra de las cumbres más señeras de estas montañas.
Inspirándome en ella, el miércoles encaminé mis pasos hacia el Alto de la Hoya de Martín Vaquero. No creo que exista una cumbre con un nombre más largo. Ya había estado por la zona en otras ocasiones, para ascender al Pico Murcia desde la zona denominada Majada Cimera, y también caminando por el cordal de Arra. Pero nunca había subido al Alto. Además, en esta ocasión quería acercarme hasta la Lagunilla de Mazobre, que según el libro citado acoge a una extensa colonia de tritones.
La ruta empieza en el aparcamiento de Pino Llano, recorre la conocida senda hasta la cascada de Mazobre (Mazobres, según algunas versiones) y continúa subiendo por encima de esta pasando junto a la cascada superior, un poco más pequeña que su famosa hermana, pero igualmente hermosa.


Al poco tiempo llegamos a la Hoya de Martín Vaquero, un amplio valle que atravesamos buscando pasos entre pedreras y piornos (o retamas, por aquí conocidas como escobas) mientras giramos hacia la izquierda buscando la cumbre, una pequeña pirámide ubicada a la izquierda de la recortada Peña El Águila.
En la cumbre me recibieron unas airosas banderas ceremoniales, como si nos encontráramos en un minúsculo Himalaya.
Desde ahí tenemos unas hermosas vistas del cordal de Arra y de la cara norte del Espigüete, así como del Pico Murcia. Y ahí abajo, minúscula, la Lagunilla de Mazobre.







Descendiendo hacia la Lagunilla pude fotografiar algunos rebecos.







Ya en la Lagunilla de Mazobre, en efecto, los tritones se agrupan por docenas.




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