jueves, 11 de abril de 2013

José Luis Sampedro

"Pero allí continuaba el espeso verdor del mirto, la ondulante gracia de la palma, la promesa cierta de la granada. Y sus voces silenciosas proclamaban el vigor de la vida, el poder invencible de las fuerzas que, trabajando bajo el manto del invierno, vuelven a abrir las puertas al milagro de cada primavera".

José Luis Sampedro, El río que nos lleva (1961)

Tenía la sensibilidad imprescindible para percibir, bajo la realidad congelada y yerta, el pulso vigoroso de la vida que se resiste y pugna por brotar. Supo ver la alternativa palpitando bajo la apariencia callada y silenciosa del paisaje invernal. Otro mundo es posible.

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